Por Siempre

Cuatro

—¡Enano!— Ethan estaba colgando boca abajo de un árbol, con las piernas enganchadas a una rama. —¿Qué estas haciendo?

—La tarea de química. — dijé sin dejar de escribir en mi cuaderno. Me encontraba sentado bajo el árbol en el que colgaba mi amigo.

— Eso es tan aburrido.

— Lo sé, pero igual tengo que hacerla.

—Nerd.

Levante la vista y me topé con esa mirada intensamente verde. Me gustaban sus ojos, a veces lucían tan luminosos que parecían irreales.

—No soy un nerd.

—Sí lo eres.

—¡No!

—Sí no lo eres, deja ese cuaderno y sube al árbol.

— Estoy por terminar.

Pusó los ojos en blanco y se balanceó  desenganchando las piernas de la rama y dando una voltereta para caer de pie. Fue sorprendente.

—Haber, haber. — se sentó a mi lado y me quitó el cuaderno.

—¿Qué haces?

No respondió, agarró  mi boligráfo y empezó a escribir rápidamente, en cuestión de minutos me lo devolvió con la hoja completamente llena. Me dejó sin palabras...y aunque sabía que debía revisarlo, algo me decía  estaba correctamente resuelto. Así que cerré el cuaderno y lo guarde en la mochila.

Levanté la mano, como cuando estaba en clase y pedía la palabra.

—¿Qué?— dijó con burla.

—¿Si eres tan listo por qué no entregas las tareas?

—Me da flojera.

—Ya decía yo que responderías algo así.

Se encogió de hombros, sacó la cajetilla de malboros y encendió uno. Le dio una calada profunda y retuvó el  humo, luego se inclinó en mi dirección. Me disponía a preguntarle que demonios estaba haciendo, cuando sopló el humo en mi boca entreabierta. Inmediatamente empecé a toser.

—¡Oye!

—¿Sabes qué significa eso? — Preguntó con una medía sonrisa.

—¿Soplar el humo? — asintió— No.

Suspiró.

—Que pena, hubiera sido divertido que lo supieras.

No quisé pedirle que me lo explicara y es que a veces Ethan resultaba demasiado misterioso. En ocasiones hacia y decía cosas que me cinfundían ,pero eramos amigos así que no importaba.