Anormal

treintaiciete

  Están en la cuarta hora, es clase de literatura.
—La próxima semana necesito que hagan un proyecto. Será la representación de una historia original. Deberán presentármela en video—. Explica el profesor.
—¿Qué? ¿Una semana? ¡Es muy poco!— Reclama Sulli.
—Sólo debe durar 10 minutos y será en equipos—.La chica se calla. Maldición, equipos.— Estos serán serán de 6 personas. No es necesario que todos salgan en el video. Unos pueden ser actores, otros guionistas, editores, etc. Escriban los integrantes en una hoja y me la entregan.
Odias esto de los equipos, simplemente porque nunca nadie te quiere en su grupo. Siempre debes ser agregado a ese al que le falta una persona. Es humillante.

Tal como predijiste, las hojas son entregadas al profesor sin tu nombre en ellas.
—¿Alguien no tiene equipo?— Pregunta el maestro.Alzas la mano. Él observa las listas de grupos.— Entras al equipo de Sulli.—Volteas a ver a ese grupo y todos muestran caras de desacuerdo. Por lo menos cabe la posibilidad de que no te dejen todo el trabajo a ti. Sulli es una alumna excepcional, aunque seguramente no eres de su total agrado.— Aprovechen esta clase para avanzar en el video—. Ordena el profesor.
Vas hasta el lugar de Sulli, pues ahí están reunidos los otros 5 miembros.
—¿Entonces qué haremos?— Pregunta Dara.
—Tiene que ser una historia original. ¿Alguien es bueno escribiendo?— Pregunta la jefa de equipo, quien obviamente es Sulli.
Todos se callan.
—¿Qué tal si todos colaboramos para escribirla?— Aconseja Minzy.
—Me parece bien.
—¿Qué tal una historia de ovnis y vaqueros?— Dices. Los otros te miran con cara de desprecio y no te ponen atención.
—¿Una historia de zombies?— Comenta Kangin.
—¿Y qué hay de una historia acerca de un fenómeno de circo incomprendido?— Sugiere la capitana.
—¡Sí! ¡Y que Anormal sea el monstruo!
—¡Sí!— Concuerdan todos.
No estás de acuerdo, pero no puedes objetar, pues son 5 contra 1.

La clase se fue rápido, entre las decisiones para el editor de audio, de video, la maquillista, etc.
Cuando por fin dieron el toque fue un alivio.
Vas saliendo del salón cuando eres alcanzado por Jessica.
—¿Entonces?
—¿Eh?— Finges no entender a qué se refiere.
—Cuéntame—. Exige.

  Imagina parte 38

—¿Ya te mudaste?— Pregunta Jessica.
—Sí. No le digas a nadie.
—¿Por qué?
—Mi mamá está preocupada sobre "El qué dirán".
—Ya veo...Supuse que estarías triste por eso. Pero eres tan reservad@ que pensé que podría ser cualquier cosa. — Si ella supiera que forma parte de tus problemas.—¿Ya has hablado con alguien sobre cómo te sientes?
—¿Y de qué serviría? Nada cambiaría con contarlo.
—¿No recuerdas que dijiste que te habías sentido un poco mejor al contarme lo de la vez pasada?
—Bueno...Vayamos a un lugar más tranquilo.

Están en una esquina del patio. En la parte más alejada, la que queda atrás del salón 303. Ahí está cubierto de pasto y algunos árboles altos y verdes brindan una generosa sombra. Te sientas en una piedra y la rubia se pone a tu lado.
¿Realmente sabrás expresarte? Estás tan acostumbrad@ a enterrar lo que sientes que has olvidado cómo explicar tu sentir.
—Estoy presionando mucho, ¿verdad?— Suelta Sica.
—¿Qué? No...es sólo que...— La chica está expectante.— Es difícil para mí decir cómo me siento.
—Está bien si prefieres no contarme. Es sólo que eres mi amig@ y me preocupo por ti.
Esta joven es tan dulce y considerada. Comprendes por qué te gusta tanto.
—Yo...quiero contarte—.La muchacha sonríe. Suspiras.— Toda mi vida he tenido que soportar estar sol@. Es decir, mis padres se la pasan trabajando y la atención que me ponen es mínima...Debes pensar que únicamente quiero eso, atención...
—Es normal, a nadie nos gusta ser ignorados.
Sus palabras te hacen sentir comprendid@.
—Realmente nunca me ha gustado quejarme. Todos tenemos problemas y los demás deben pasar por lo mismo que yo. A nadie le interesa si me siento mal o bien.
—A mí sí—. Ella toma tu mano.—¿No te lo acabo de decir?
Tu corazón comienza a palpitar rápidamente.
—Es por eso que prefiero no decir nada y aguantar. Evado la realidad con lo que puedo, creo que a veces es culpa mía siempre estar sol@.
— Yo creo que te has acostumbrado, es así como te sientes cómod@.
—El hecho de que todos me rechacen y me llamen "Anormal" tampoco ayuda mucho—. Finges una sonrisa al decirlo, como si te pareciera gracioso.
—Todo eso te lástima, ¿cierto? Tener siempre que aguantar tantos desaíres, de tu familia y de los demás.
—No es tan malo cómo parece...—De repente empiezas a temblar.
Sí, duele. Sí, es difícil. Es frustrante. Es humillante. El sentimiento llega a ti y sientes en tu garganta un Nudo.— Una vez que te acostumbras ya...
Jessica aprieta tu mano y luego te abraza.
No debes llorar, no debes. Es sumamente vergonzoso. Lo intentas pero fallas y dejas rodar por tus mejillas unas cuantas lágrimas.
Una parte de ti desea que Sica te suelte, para poder secarte las lágrimas y tratar de detenerte. Mientras que otra desea abrazarla igual y dejar que te consuele.
—No podemos ser fuertes todo el tiempo—. Te dice.
Eso es. La frase que te da acceso a llorar sin límites por una vez en tu vida. La abrazas y lloras en su hombro.