Capitulo 4

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– ¿Entonces no puedes acompañarme? –murmure en el teléfono hablando con Alee desde el trabajo.

– ¡Lo siento linda! Olvide por completo que hoy tenia que ir con mis tíos a esa gala de beneficencia o como sea, acaba de llegar mi tía para que vayamos al salón de belleza, créeme de ser por mi saldría corriendo pero no puedo.

–No te preocupes, estaré bien. Te dejo un cliente viene.

El chico salió con Corey y después de pagarme se fue; ya era viernes, me estaba quedando con Alee hasta que consiguiera un lugar donde vivir, tenia una loca idea que después la pondré en practica, semana 13; hoy tenia que ir a revisión pero Alee no iría conmigo así que no me quedaba de otra que ir sola, solo pensaba como le diría a Corey que tenia que ir.

–Oye Corey –murmure y él se acerco al mostrador apoyando su rostro en su puño donde sus nudillos decían “Down”, su otra mano decía “Stay”– quería pedirte un permiso…

– ¿En serio? ¿Sobre que?

–Si, es que tengo que ir al hospital –titubee, algún día se enteraría que estoy embarazada.

– ¿Estas bien? –pregunto preocupado, desde que me encontró en el parque me pregunta a cada momento si estaba bien.

–Si, supongo… –resople y me llene de valor– mira, no quiero seguir mintiéndote y terminaras sabiéndolo… –él me miraba impaciente, con sus ojos verdes desafiándome– estoy embarazada.

Abrió los ojos completamente sorprendido pero siguió en la misma posición, respiro profundamente y negó con la cabeza; rodeo el mostrador y de la nada me rodeo con su brazos para acercarme a él y abrazarme, me quede congelada por la sorpresa y la brevedad en que paso todo. Lo rodee con mis brazos y el me estrecho mas a él, por un momento me sentí bien, protegida, sus grandes y musculosos brazos eran como un escudo donde nadie podría hacerme daño.

–Por eso estabas llorando ese día en el parque ¿verdad?

–Si, pero ya no importa, solo quería pedirte permiso para ir al doctor hoy, regresare en una hora.

–Claro linda –dijo acariciando mi mejilla– ¿con quien vas a ir?

–Yo sola, mi amiga tuvo un inconveniente de último minuto. Estaré bien.

– ¡Oh no! ¡No te dejare ir sola! Esos doctores son malvados.

–Gracias por el apoyo –dije sarcástica, si estaba nerviosa, ahora mas.

–No me malentiendas, solo no me gustan los hospitales.

–Bien, pero no puedes dejar la tienda sola.

–Claro que si, además no tenemos citas en todo el día, ¡vamos!

Me encogí de hombros y tome mi mochila; Corey me la quito porque “pesaba” mucho y podía hacerme daño, si así iba a portarse debí de haberle dicho desde antes y además se veía muy chistoso con una mochila colgada al hombro morada y con flores rosas, llegamos al estacionamiento y subimos a su camioneta, me alegrara que tuviera un auto y no una moto, ni loca me subiría a una, le di las indicaciones de como llegar al hospital y después de unos 10 minutos estaba revisando mi cita con la enfermera.

–En 5 minutos te llamo querida.

– ¿Acaso no odias el tono condescendiente de las enfermeras?

–Ya Corey –dije poniendo los ojos en blanco– ¿porque no te gustan los hospitales?

–Larga historia –se encogió de hombros y la enfermera me llamo, Corey iba detrás mío.

–Bien Hope, me alegra que hayas venido, necesitamos hacer un seguimiento de tu embarazo –me dijo la doctora recargada en su escritorio– bueno primero haremos una ecografía transvaginal y luego una normal.

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