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-Diablos Sam, tranquila. – me dice Jackson cuando me siento a su lado. –Respira, llegas a tiempo.

Respiro entrecortadamente, corrí todo el camino de la entrada al aula, y vamos que el aula se encuentra en un cuarto piso; por suerte y no tropecé.

Recargo mi cabeza en mi pupitre y coloco ambos brazos encima de mi cabeza.

Jackson ríe al ver mi condición y se inclina y toma algo de su mochila.

-Toma Sam, bebe un poco de agua. –levanto la cabeza y lo veo ahí, tendiéndome una botella de agua, que en realidad si necesitaba.

-Por eso me agradas tanto, Jackson. – sonrió y tomo la botella, tomándomela prácticamente toda de un solo trago.

-¿Se puede saber qué fue lo que te paso? – pregunta después de unos segundos.

-No dormí bien, y no escuche mi alarma. – suspiro – oh, y para terminar, apenas pongo un pie fuera de casa y caigo directamente al suelo.

Jackson empieza a reír a carcajadas y algunos de nuestros compañeros lo voltean a ver raro.

-Perdón, - dice bajando la voz a nuestros compañeros; dirige su mirada de nuevo a mí – con razón Samantha, te iba a decir algo porque pensaba que era algo como tu maquillaje, pero ahora estoy seguro de que no lo es.

-¿De qué hablas? – le miro confundida.

Levanta su mano y con un dedo toca mi mejilla izquierda. Me quejo por el dolor.

-De eso. – entrecierro los ojos y en eso lo entiendo todo.

Pido un espejo a una chica que se sentó hoy a mi lado, lo sé soy chica la mayoría cargan con espejos, bueno yo no soy así, agradezcan que no dejo mi mochila en casa; dirijo la vista al espejo y enfoco mi mejilla izquierda, se está formando un moretón, en estos momentos tiene un color entre verde y morado, se ve realmente asqueroso.

-¿Cómo pensaste que esto era maquillaje, Jackson?

-Bueno, no entiendo la moda de ahora, así que por eso pensé que era eso.

Lo miro seria, y lo veo detenidamente; este chico debe de estar jugando.

Río como loca y ahora nuestros compañeros me miran a mí.

-Lo siento. – les digo, y le paso el espejo a la chica dándole las gracias, - vamos Jackson no sé si rio porque eres demasiado malo con las modas, o demasiado lento como para pensar que yo me había puesto esto apropósito.

Toma el cuaderno que tiene en su pupitre, y me pega de manera juguetona en el hombro con él.

-Oye. – sobo mi brazo mientras sigo riendo.

-Te lo mereces. – deja el cuaderno y mira al frente.

-Lo si-siento.- digo entre risas.

-No lo haces.

-Es cierto, no lo hago. –ambos reímos, y en eso entra mi maestro favorito.

-Buen día clase, hoy empezaremos con... - para en seco y me mira fijamente; cabe mencionar que me siento un poco intimidada, porque para su edad es un hombre muy guapo, bueno tampoco no es un hombre muy grande, le calculo unos 28 años, máximo, y no es que me guste ni nada de eso, pero su mirada penetrante y esos ojos azul grisáceo hace suspirar a todas las mujeres de nuestra clase – señorita Reynolds, ¿Se encuentra usted bien?

Todos en el aula dirigen su mirada hacia mí.

-Claro que sí. – inmediatamente dirijo mi mano hacia mi mejilla para cubrir el moretón. Jackson ríe disimuladamente. Volteo y le mando una mirada asesina, debería ayudarme.

PretendingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora