Su tono de voz grave y embriagante me desconcentra por un segundo, es la debilidad de la mayoría de las mujeres, sino es que de todas; un tono de voz grave y cautivador.
Sacudo mi cabeza y bajo mi mirada avergonzada por mi comportamiento y justo cuando voy a abrir mi boca para pronunciar mi nombre una voz aún más hermosa me asusta.
-¿Samantha? ¿Qué haces aquí?
Volteo y observo la mirada de confusión de Isaac, pero más allá de eso veo el cansancio en ellos, parece que no ha dormido ni un poco.
-Ve... vengo a buscarte, quiero hablar contigo. –logro articular después de un rato.
Frunce un poco sus labios y asiente.
-Vamos, acompáñame y caminemos un poco entonces. –me habla en un tono un poco cortante y no puedo evitar el sentirme mal por ello, así que me limito a soltar un suspiro y asentir. – Seth, creo que no entraré a la primer clase, si Kelly pregunta algo inventa alguna excusa.
¿Kelly? ¿Quién diablos es esa Kelly?
Muerdo mi labio para no decir alguna tontería y volteo hacia Seth, que nos sigue observando con interrogación en todo su rostro.
-Esta bien, hermano, cualquier cosa aquí estaremos. – logra decir y se separa para volver a acercarse a la chica con la que hablaba antes de que llegara a interrumpirlos de una forma tan abrupta.
Lo observo irse con ella regresando su mirada a ambos de vez en cuando.
-¿Vamos? – su voz hace que salga de mi trance y asiento.
Camino a su lado en silencio por lo que se siente una eternidad, pero no me atrevo a romper ese silencio, se le ve muy molesto y aún peor, decepcionado.
Mete sus manos a los bolsos delanteros de su pantalón y se encorva un poco al hacerlo, no puedo evitar mirarle fijamente, no lo había notado, pero se le parece un poco. Un nudo se empieza a formar en mi garganta así que desvío rápidamente mi mirada.
-¿Por qué me buscabas? – rompe el silencio y ahora el dirige su mirada hacia mí.
-¿Por qué esta mañana no me dejaste nada?
Demonios, Samantha, no lo buscabas para eso, ¿por qué tuviste que decir eso? Ahora pensará que eres una chica banal que le gusta recibir atención de chicos e ignorarlos para tenerlos a sus pies siempre que quiera. Y yo no soy así, nunca lo he sido.
Sí, me gustaban sus detalles, pero yo no los necesitaba y no quería que los llevara, yo solo, solo quería su amistad, aún la quiero.
Sí no me hubiera prometido a mi misma que no saldría con nadie, querría más que su amistad... probablemente. Pero igual, no le puedo hacer eso a Christian, no puedo y no lo haré, el no lo merece.
Su risa hace que dirija mi mirada hacia el, me observa con una diversión fingida.
-¿De verdad esperabas otra caja de chocolates o mas flores? ¿De verdad eres tan frívola que por el simple hecho de que no te he dado nada un solo día me buscas? Te buscaba y me ignorabas, y ayer que traté de cuidarte, me trataste como si fuera el estúpido más grande de todos, y empiezo a creer que de verdad lo soy. – regresa su vista al frente y me deja con la boca abierta.
Paro mis pasos y observo como el sigue con los suyos. Niego y doy la media vuelta para regresar.
Soy una idiota, nadie me había hablado así, y la verdad es que no le culpo, pero el orgullo es más fuerte que todo, tendré que acudir a alguien más para resolver mis dudas, pero no puedo seguir hablando con el, al menos no durante este momento.
-¿Samantha? – escucho a lo lejos su voz que se ha dado cuenta que no me encuentro a su lado, decido no voltear y seguir mi camino - ¡Samantha!
Escucho sus pasos corriendo hacia mí, así que decido hacer lo mismo y logro que mis piernas torpes reaccionen y comiencen a correr. Diviso un taxi que no se ve ocupado y levanto mi brazo para pedirle que pare.
Justo cuando estoy por subir, Isaac jala de mi maleta hacia atrás y me tambaleo un poco pero el mismo me detiene.
-Lo siento, no era mi intención decirte eso.
-Probablemente no, pero lo has dicho – suspiro – es mejor que me retire, debo ir a clases, no se porque vine a buscarte – bien que lo sé, necesito saber que fue lo que ocurrió ayer, porque reaccionaron todos así – deberías ir a tus clases también, probablemente aún llegues a tiempo.
Frunce sus labios en una acción tierna, como si fuera un niño regañado.
-Lo siento – vuelve a decir - ¿te puedo acompañar?
Niego. No quiero que me vea mal, no fue el quien dijo esas palabras, fue su enojo, lo sé, y cualquier persona con sentido común pensaría lo mismo que el, pero, yo no soy así, y ha herido mi orgullo el que lo dijera, no es su culpa y no quiero que se quede mal por verme derramar unas lágrimas por lo que me ha dicho.
-N... nos veremos luego. – logro fingir una media sonrisa y jalo mi mochila con cuidado para no verme brusca pero aún haciendo que suelte su agarre.
Subo al taxi y dejo atrás a un Isaac confundido y molesto consigo mismo.
-¿A dónde, señorita?
No quiero ir a clases, las dudas a todas mis preguntas harán que no me concentre y debo contestarlas, cueste lo que cueste. ¿Pero quién puede hacerlo si no es Isaac?
Solo hay dos personas probables que pueden hacerlo, Adam, y una chica gritona, malhumorada y revoltosa con la que he hablado solo un poco, pero me agrada y parece tener las respuestas que estoy buscando... Eleanor.
Hola, ¿Cómo están? Aquí hay un nuevo capítulo, no quiero volver a dejar la historia tan olvidada, espero y de verdad si haya gente leyendola, no espero que regresen tan rápido las mismas lecturas y votos, pero pues fueron demasiado pocas, y me desanimó un poco, así que me he propuesto que para volver a subir necesito un mínimo de 20 lecturas, y 5 votos, una vez estén ahí, subiré nuevo capítulo, no es mucho pedir, así que si están leyendo esto, recomienden a sus amigos :) compartan la historia y no se les olvide votar. Los quiero, y de nuevo, lo siento por dejar la historia olvidada de hace años (/.\) pero pues estoy de vuelta y quiero terminar esto.
XOXO

ESTÁS LEYENDO
Pretending
RomanceUna historia que te hará preguntarte: ¿Realmente existe el verdadero amor? ¿Durará para siempre? ¿Se puede amar después de sufrir por otro amor? Samantha Reynolds con 18 años, se pregunta eso casi a diario, una mujer con sueños perdidos y reencontra...