Pretending

009

Me encuentro perdida... no de forma literal, ya que en realidad me encuentro en mi departamento, cómodamente sentada en mi sofá, mientras, "observo" la televisión. En realidad, lo perdido en mí es mi mente, mi alma, mi espíritu. Suele pasarme... bueno, solía pasarme frecuentemente, después de Christian, sin embargo, desde que había llegado a New York, eso no había sucedido.

Lo ocurrido entre Isaac y Adam me desconcentra de una manera estratosférica. Los cabos sueltos me desesperan, el no saber al cien por ciento lo que ocurre en mi vida hace que pierda el balance, algo que no me puedo permitir en estos momentos. Por algo es que no quiero salir con chicos, por algo no deseo una pareja en este momento. Las parejas hacen que tus planes, tus ideales, tu vida se desestabilice.

Necesito tranquilidad, no dramas.

Sin embargo... este "drama" no puedo dejarlo de lado, algo ocurrió que yo no sé, que tal vez no sea de mi incumbencia, que tal vez, no tiene nada que ver conmigo, más en estos momentos, me han involucrado sin darse cuenta.

Despierto de mi trance cuando escucho unos ruidos en el pasillo; salto del sofá como si un resorte fuera el que me impulsase y corro hacia la puerta para alcanzar a esa mujer con la que he esperado poder hablar. Al abrir la puerta, la veo a ella en el pasillo, rebuscando en su bolso por algo, sus llaves, supongo.

-Eleanor, hola – menciono con mi sonrisa más amplia, tratando de mostrar confianza.

-Hola, Samantha –sonríe de una forma amigable, mientras continúa buscando entre su bolso.

Honestamente, no sé por qué es que ella me llega a intimidar; parece una chica bastante agradable, pero a la vez fría.

-¿Tendrás algo de tiempo libre? Me gustaría invitarte a un café.

Me observa con una ceja levemente enarcada, confundida y sorprendida por mi invitación. Sabe que soy demasiado seria para invitarla a algún lugar, y comienzo a pensar que la invitación de ayer fue más hacia Charlie que hacia mí.

-En realidad estoy un poco ocupada, tengo que ir al hospital y creo que regresaré tarde.

Abro los ojos sorprendida y me acerco a ella.

-¿Hospital? ¿Estás bien?

Ríe con gracia y asiente.

-Me encuentro haciendo mi interinato, seré médico. –su voz demuestra orgullo por sus logros, a lo que no puedo evitar sonreír.

-Wow, ¿interinato? ¿eso no es al terminar la carrera?

-Así es, estoy por terminar.

Me sorprende ampliamente, no tendrá más edad que yo, si no que tal vez podría incluso ser menor, debió comenzar su carrera a muy temprana edad.

-Bueno, ¿y si pasas por mi departamento una vez termines? Solo te tomará unos minutos, no te robaré la vida.

-Si me recibes con la cena preparada, acepto. –me observa aún un poco pensativa.

-Es un hecho. –sonrío.

-Bien, bueno... debo prepararme, nos vemos luego, Samantha.

Se despide con una sonrisa en sus labios y entra a su departamento, yo decido hacer lo mismo.

Algo que me gusta de mi departamento es la vista, puedo observar la ciudad desde un buen ángulo, apreciar lo bueno y lo malo.

Me encuentro recargada en mi ventanal, sosteniendo una taza de café, observando a la gente pasar, una pareja de ancianos pasa tomados de la mano, el señor con delicadeza besa la mano de su mujer y yo sonrío, mientras que, en otro lado, dos mujeres pelean a gritos. Dos escenarios totalmente diferentes.

Justo cuando estoy por darle un trago a mi té, observo a un ser conocido salir del edificio de enfrente, y cruzar la calle. Adam camina con determinación, mi curiosidad aumenta y trato de ver hacia donde se dirige, pero lo pierdo de vista.

Camino hacia mi cocina, rindiéndome de esa búsqueda, y busco por alguna botana cuando un ruido me espanta.

-Sam, ¿estás ahí? Soy Adam.

Golpea con suavidad mi puerta y yo no puedo ni mover, me quedo completamente petrificada. ¿Por qué?

¿Sam ha dejado de confiar en Adam? ¿O simplemente tiene demasiado miedo que la verdad le golpee más de lo que ella desearía?