Capítulo 6: Comienza la expedición

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[Narra ____]

De repente sentí un calor insufrible tomando todo mi rostro, y tuve que salir de aquella habitación de inmediato, sin siquiera poder ver al capitán a los ojos. Fue vergonzoso, pero como me preocupaba tanto su salud, igual me las arreglé para recomendarle que tome las cosas con calma. Después de todo siempre está arriesgando su vida por los demás; sin duda el capitán es una persona extraordinaria, aunque su expresión habitual no lo demuestre.

Al día siguiente, no vi al capitán en casi todo el día. Tal vez...¿tomó mi sugerencia en serio?

[Narra Levi]
____ abandonó la habitación y dejó a mi corazón tan agitado como el de un maldito gato... ¿Qué demonios estaba sucediendo conmigo? ¿Acaso la loca de Hanji tenía razón? No lo se, pero aquel día, por primera vez en mucho tiempo, dormí toda la noche como un maldito bebé. Descansé más de 8 horas, y luego me relajé en mi habitación el resto del día. Fue extraño, sobre todo por lo nervioso que me había dejado esa chica.

Y luego, llegó el día. Me encontraba especialmente nervioso, no por la repugnante presencia de ese par de titanes, sino por el hecho de llevar a esa extraña chica a una expedición tan arriesgada.

Cuando todos los soldados estuvimos reunidos frente a las puertas del Muro Rose, éstas se abrieron dejando al descubierto el peligroso y a la vez maravilloso mundo exterior.

Utilizamos la formación de largas distancias ideada por Erwin, pero esta vez lo que más había que proteger, _____, no iba en el centro de la retaguardia, el lugar más seguro, sino en el centro de la primera fila. Se decidió que de esa forma sería menos arriesgado para los soldados, ya que en el supuesto caso de toparnos con un titán, los que obedecen a _____ podrían encargarse de él sin necesidad de que los humanos arriesguemos nuestras vidas. Por supuesto, Erwin y yo íbamos con ella, además de la pesada de la cuatro ojos. E inmediatamente por delante, los dos titanes mantenían nuestro paso como _____ se los ordenó. Aunque a corto plazo parecían ser confiables, a ninguno de nosotros, que ha presenciado tantas muertes en vano, nos agradaba mucho la idea de alejarlos de su domadora. Por el momento, aún ignorábamos como se comportarían en su ausencia a largo plazo.

Habíamos andado cerca de una hora sin problemas. El clima era espectacular, soleado pero no demasiado cálido. Un poco de viento hacía ondear ligeramente mi cabello azabache, produciendo en mi una irreemplazable sensación de libertad, algo que dentro de los muros no podría experimentar jamás. Miré a _____ de reojo mientras cabalgaba, su rostro se mostraba apacible, sin expresar ninguna emoción. Y yo, yo... Pensé un momento en el comportamiento de mierda que he tenido últimamente, en los sentimientos que me estrujaban el maldito corazón de tan solo pensar en ella. Esta vez todo era diferente. La misión era algo secundario para mi. Yo sólo me sentía tranquilo de poder vigilar a _____ de cerca, así podría mantenerla a salvo. Era lo que más me interesaba.

Mi reflexión no duró mucho, ya que al llevar mi vista nuevamente hacia adelante, divisé una masa enorme moviéndose hacia nosotros. Era un titán de unos siete metros.

Antes de que pudiera exclamar palabra alguna, _____ se dirigió hacia Erwin.
_____: Comandante, permiso para ordenar un ataque.
Erwin: Adelante, soldado.
_____: ¡Tai, Kai, destruyan al titán que se avecina antes de que nos alcance!

Los dos monstruos apuraron el paso de inmediato en dirección al enemigo, sin que éste sospechara que estaba en peligro. Se abalanzaron sobre él al mismo tiempo, y, mientras el más grande lo sostenía por las manos, el más pequeño de cuatro metros lo mordió en la nuca extirpandole un trozo de carne nauseabunda. Nunca antes visto, y asqueroso, está de más decir.

Miré a Erwin con satisfacción mientras me sonreía dichoso de que el plan iba a la perfección. Un titán eliminado, sin ninguna baja. Sin embargo, Hanji sólo se lamentaba por el desperdicio para su extraña investigación.

Giré mi rostro hacia _____ , esta vez sin esconderme, y hasta iba a felicitarla. Pero ella no se veía muy bien. Su semblante había cambiado totalmente, estaba pálida y callada. Lo noté casi de inmediato, estaba a punto de perder el conocimiento. De repente, su cuerpo perdió el tono y su torso cayó hacia adelante, aún sentada sobre el caballo, que aminoró un poco la marcha mientras yo llegaba hasta su lado...

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¿Qué le habrá sucedido ahora a Rayita-chan? Será realmente un éxito la misión con la ayuda de Tai y Kai? ¿Y obedecerán ellos todas sus órdenes ahora que no se encuentran bajo su vigilancia? ¡¡Descubramoslo pronto en el siguiente capítulo!!

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Aprovecho para agradecer a todos los lectores, ¡gracias por su paciencia y apoyo!
Si les parece muy corto el capítulo, a no preocuparse que ya estoy trabajando en el siguiente. ¡Nos vemos pronto! 😘

Domadora de titanes [Levi y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora