Llego a mi habitación y lloro continuamente. ¿Cómo ha podido hacerme esto?
Mi teléfono comienza a sonar y es él. No quiero cogérselo. Vuelve a llamar y tampoco se lo cojo. Así cinco veces. ¡Lo odio!
Tengo miedo de que entre, así que cierro con llave y pongo una silla en el manillar de la puerta. Mi móvil pita, me ha llegado un mensaje.Abre.
No le contesto.
Tienes diez segundos o abro por las malas.
Comienza a contar en alto.
-...ocho, nueve y diez. Tú te lo has buscado Azalea. ¿Sabías que si se rompe la puerta la tienes que pagar? Ya me dirás que explicación le vas a dar al director, y sobre todo a tu padre.
¿Qué? No sabía eso, ni siquiera lo había pensado. Corro rápidamente y abro, pero no lo dejo pasar. Ni siquiera lo miro a los ojos.
-Esta noche no voy a respetar lo de entrar a tu habitación sin tu permiso-y entra.
Sé que no puedo hacer nada contra él y ni siquiera me pongo a discutir. Me siento en la cama sin mirarlo a los ojos y cojo el móvil.
-¿Ahora sí tienes tiempo para mirarlo? Te he llamado un montón de veces.
-No lo he escuchado. Lo siento.
¿Qué hago pidiéndole disculpas? Toda la culpa la tiene él.
-¿Se puede saber por qué no he recibido la tarjeta y por qué me pones esa excusa de mierda? Tienes el móvil con sonido siempre, así que no me mientas.
No quiero contestarle porque me voy a echar a llorar otra vez y no quiero que me vea en este estado. Se sienta a mi lado esperando una respuesta. Tras unos segundos de espera me levanta la barbilla y, obligada, lo miro a los ojos.
-¿Has estado llorando? Eh, dime. ¿Qué te pasa?
No sé qué decirle. Insiste continuamente y esto hace que me enfade.
-Me pides que te deje la tarjeta en tu cuarto y cuando voy a hacerlo escucho gritos y gemidos. ¿Para qué me besas si luego te vas a acostar con otra?
Mi cara debe ser sorprendente para que se empiece a reír de la manera que lo hace. No puedo esperar más y le pregunto:
-¿De qué te ríes? ¿Te parece gracioso?
-Sí, porque he estado en la biblioteca hasta ahora, así que es difícil que haya estado con otra.
-¡Eres un mentiroso!
Salta de la cama y le pega un puñetazo a la pared. Me asusta.
-No hay cosa que más odie en el mundo. No vuelvas a repetir eso. En tu puta vida. ¿Por qué tendría que mentirte?
No voy a darle el gusto de que me vea llorar.
-Pues no lo sé, pero me da igual. Ahora vete.
-No pienso irme hasta que me expliques porque has llorado por esa gilipollez. ¿Cómo te puedes creer que estaba con otra? Demasiado rápido he sido cómo para venir aquí, ¿no?
No le contesto. No quiero hablar con él.
-Ven. He dicho que vengas Azalea. No pienso repetirlo.
No. No. Decididamente no.
-¡Bájame Steve!
Salimos de la habitación y todo el mundo nos mira. Le suplico que me baje, pero su fuerza es mayor que la mía. Me lleva en brazos hasta llegar a su cuarto. Rápidamente intento salir corriendo, pero me vuelve a coger en brazos.
-Ahora te voy a demostrar que no me estaba follando a otra. Así que quédate quietecita y mira.
Abre la puerta y descubro a dos personas totalmente desconocidas para mí en pleno acto sexual.
-Tío, creo que fui claro respecto a estas mierdas. Coge a tu novia y largaos. Ya puedes ir buscándote otra habitación.
El chico pide disculpas a Steven y la chica nos mira con cara de asco a los dos. Salgo de la habitación porque me siento demasiada incómoda. Steven también sale y me observaba con ganas de escuchar algún comentario.
-No sé qué decir... Lo siento, supongo.
Me esperaba cualquier cosa, menos que me abrace.
Entramos a su habitación después de que salgan y me pide que me siente. No quiero mirarlo a los ojos y menos decirle nada.
-¿Por qué pensaste eso? ¿Tan mala fama tengo?
En vez de responderle lo único que le digo es que me quiero ir. No parece estar contento con la respuesta pero me dice que me vaya y descanse, que me busca mañana.
De vuelta a la habitación encuentro el papelito que me dejó hace una noche en la cama. Está roto en pedacitos. Recojo todo y me meto en la cama, pero por más que intente dormir no hago más que pensar en Steven.
A los pocos minutos recibo una llamada.-Preciosa, esta noche hay una fiesta y me gustaría invitarte. Los chicos de esta mañana se quedaron locos con tu belleza. ¿Qué te parece si paso a por ti en una hora?
-Muchas gracias Asher, pero no estoy de humor. Además, estoy muy cansada y quiero dormir.
-¿No será por el incidente con Steven? Me han dicho que te llevaba en brazos por el pasillo. Si te ha hecho daño, dímelo, me acerco a hablar con él.
-No, no es eso, no te preocupes. Simplemente estoy cansada.
-No pienso aceptar un no por respuesta. A las 21 estoy ahí.
No estoy cien por cien segura de esta salida, pero sé que si no hago amigos en la facultad estaré completamente marginada. No quiero exagerar con la vestimenta, así que me pongo unos jeans, una camisa y mis converse. Mi cara de haber llorado minutos antes muestra que debo maquillarme. En cuánto termino, ya están llamando a la puerta.
-Hola Azalea, estás preciosa. Vamos, lo pasaremos genial.
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Tu alma es mía
Ficção AdolescenteElla, una chica buena, él, un chico malo. Ella, un corazón puro, él tenía el alma negra. Ella sin ningún error cometido y él todo lo contrario. Se evitan continuamente sin saber que están destinados a que sus caminos se junten.