CAPITULO 10

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Camine alrededor del campamento, como el día de ayer y observe a aquella mujer que estaba durmiendo a su hijo en una hamaca, la mujer le cantaba en wayuu con tanta paz en sus ojos y en su voz como si le estuviera transmitiendo la paz a su hijo. Recordé a mi madre y después de dos días vine a reaccionar ante saber que quizás moriría, comenze a sentir ese dolor que desconocía

-Señor Fabricio- dijo Katau cuando me alejaba del campamento

-No me llames señor, no soy así de importante - dije

- Disculpe, no es bueno que usted ande en medio de estos lugares solo, puede haber serpientes -

-Ya regreso al campamento - dije y volví a mirar hacia el valle

-Sí usted desea, mañana podríamos salir a caminar, le puedo enseñar una cueva que es muy visitada- dijo

-No tengo dinero, disculpa -

-No, no le voy a cobrar nada-

- Esta bien - acepte.

-Venga les voy a presentar a mi familia - dijo. Caminamos hacia la choza donde estaba la mujer que le cantaba a su hijo.

-Ella es mi esposa Yuli- dijo

-Mucho gusto - salude con la mano. Ella estaba vestida con una ruana, perfectamente elaborada a mano y unas rayas en la cara. Sonrió con agrado.

-El es tu hijo? - pregunte mirando a la hamaca

-Si, tiene apenas un año - dijo sonriendo

-Es muy pequeño - dije

-Planeamos irnos a la ciudad, su ciudad - anuncio.

-Quédese a comer - exclamó

-No lo creo, es mucha molestia - dije

-No, para nada. Siempre invitamos a turistas a comer - exclamó su esposa.

Después de un largo tiempo sin alimentarme con comida casera, volví a probarla y extrañaba comer así.

-Usted cocina muy bien-le dije a la mujer. Ella sonrió con agrado.

-Muchas gracias por haberme invitado Katau- le dije. El me despidió con un sacudón de mano; Se iba a trabajar en el área de salud. El se encargaba durante algunas tardes y noches de esa área. No entendía por que pensaba en sacar a su familia de este lugar; mientras a mi me gustaría habitar en este lugar por siempre, sin ningún problema o interferencia que me aleje de la paz de este lugar. Este lugar me dopaba, me sentía como un koala entre las ramas o como una pereza, no hacía mucho calor, ni tanto frío. Era perfecto habitar aquí, no había ningún tipo de políticas y males que nos dañen. Observe el cielo desde la ventana de la tienda, me sentía en paz con la naturaleza, glorificado por el universo y al mismo tiempo yo lo alababa, por hacerme estar aquí, por mostrarme este tipo de vida, esta caótica belleza que ha habitado antes de mi y nunca ha muerto. Me dormí en una siesta, comenze a soñar con las riquezas que caían del cielo, un cielo azul perfecto, con nubes perfectas, ya eso lo consideraba como una riqueza, fue un sueño tan pacífico que cuando desperté no lloré por que donde estaba se encontraba la misma paz. Francisco de asís decía "Haz de mi un instrumento de tu paz" hoy yo le decía a la naturaleza "Haz de mi un instrumento de tu belleza" y no un depredador de tu perfección. No Salí a caminar esa tarde, me quede en La tienda que ahora era como mi casa, nuevamente El cielo como cada tarde se teñía de naranja y con el La gran montaña. Cada tarde pasaba una manada de pájaros por arriba Del campamento. Pero a pesar de que estaba libre, me sentía libre, aun sentía ese miedo de que algo arruinara mis momentos felices; Cuando cumplí los 17 años o mejor dicho cuando estaba culminando esa edad. Comencé a sentir que cada vez que algo Bueno me pasaba o que sentía La felicidad, ocurría algo que derrepente lo dañaba y desde allí comencé a sentir ese miedo. El miedo a estar feliz y que algo cambiara ese estado. Los extranjeros que estaban al lado de mi tienda me llamaron al comenzar La noche para que fuera a algo así como una fogata sin fuego. Los locales de esa zona contarían historias y leyendas de este lugar; siempre me He interesado por este tipo de historias, me gusta saber quien piso este lugar antes de mi o mejor dicho que ocurrió en este lugar. Así que fui a La choza donde todos se reunieron con sus lamparas y hamacas hacia un gran ruido hasta que Katau entro en La choza a pedir silencio. El silencio era una pieza fundamental en este sitio, algo así como una biblioteca universal de los títulos en La prehistoria. Entro un hombre bastante mayor que seguramente había llegado al campamento, por que no lo había visto. Su vestimenta era normal y sus característica de local. El hombre comenzó a hablar.

NUEVAMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora