Estamos en la parte trasera del auto, besándonos, conversando, escuchando canciones sin sentido en la radio y riéndonos de ello.
Mi mano derecha está entrelazada con la suya, algo que jamás había imaginado. Irradia un calor que me reconforta al punto de desear que esto no acabe nunca.
Le estoy contando sobre la vez que un perro me persiguió durante seis calles para morderme.
- Estoy seguro de que le habrás hecho algo al pobre perro.
- ¡No le he hecho nada! Se le dió por correrme, no lo se.
- ¿Nunca han tenido uno? - pregunta.
- ¿Un perro? No... Ojalá... pero nunca han querido darme uno.
- Es una lástima, sería gracioso sentarme en tu puerta para ver como te corre - rió y volvió a mostrar esa sonrisa que me dejaba muda.
Lo golpee en el brazo, también riéndome, y me tomó la cara y me besó. Ya nos habíamos besado muchas veces hasta que el sol terminó de salir, y aún no me acostumbraba a lo raro y emocionante que era que Dean me bese.
- ¿Que vamos a hacer? - pregunto cuando nos soltamos.
- ¿En que sentido? - dice.
- Quiero decir... con todo. Especialmente con Pat.
- Patrick - dice, me suelta la mano y se la pasa por el cabello, el mismo gesto que me hacía dar cuenta cuan cansado estaba. - Va a matarme.
- No va a matarte - digo.
- ¡No puedes salir con la hermana de tu mejor amigo! Es como.. una traición.
El comentario y la forma en que lo dice me hace reír.
- Mira, tengo una idea. ¿Por que no... resolvemos primero lo nuestro, si? No tenemos que apurarnos en decirle nada a nadie, ni en ponernos una etiqueta. Salgamos, veamos que pasa y luego... puedes dejar que Pat te asesine.
- Tienes razón - dice - Pero pensé que querrías presumirme con tus amigas lo antes posible.
- Lo haría pero se podrían demasiado celosas - pongo los ojos en blanco. - A ti te será más difícil, recibirás miles de llamadas de niñas desesperadas por verte y tendrás que decir a todas que no.¿No será más fácil que lo publiques es el diario?
- Yo no tengo miles de chicas llamándome - se defendió.
- Dean, te he visto por años con Patrick hablando sobre mujeres y nunca has repetido un mismo nombre. - digo
- Aaah - sonríe - Con que no me ignorabas tanto cuando estaba por tu casa, ¿eh?
- Ya cállate - digo - Hablando de casa, deberías ir a ver como quedó todo por allí.
No hemos vuelto desde el accidente, y eso ha sido hace más de ocho horas. Interrumpimos la fiesta, así que las cosas deben de estar esparcidas por todo el jardín y la comida pudriéndose.
- Nooo - dice Dean mientras se tira hacia adelante, hundiendo la cabeza en mi cintura como un niño pequeño - ¿No podemos solo quedarnos aquí?
Río porque su voz me hace cosquillas en las costillas.
- No, porque luego volveremos y Pat no hará nada, yo querré irme a dormir, y luego volverán mis padres y todo será un desastre.
Dean suspira y se incorpora.
- No se como Pat va a recompensarnos por la noche que nos ha hecho pasar
- No asesinarnos cuando se entere sobre lo nuestro estaría bien, ¿verdad?
- Sí, bueno, quizás sea mucho pedir.
- ¡Mira como quedó! ¡Sólo y abandonado! Mi pobre bebé - Dean está parado frente a su auto, en la puerta de mi casa, con las manos sobre el capo.
- Vamos, que no es tanto. Sólo no tiene llave.
Hemos vuelto y Dean se ha acordado del incidente con el auto. Resulta que al romper la llave de su bonito auto rojo, también he roto una parte de él. O algo así ha dicho el muy exagerado.
- No escuches a la mujer mala - ¿le está hablando al auto? - Ella ya no puede dañarte.
Me sale una carcajada porque no puedo creer lo que estoy viendo. Coloco la llave en la cerradura de mi puerta y entro. Dean corre por el jardín delantero y también ingresa.
La casa en sí esta bien, normal. El problema es el jardín trasero:
Unos cien vasos rojos están esparcidos en el suelo, más otros cien esparcidos por las mesas. No hay una sola silla en su lugar, el barril de cerveza con el que se golpeó Pat se ha rajado y ahora todo el piso está pegajoso y lleno de cerveza. Por no hablar de los tragos derramados en el resto del lugar.
- ¿Quieres que llame refuerzos o...? - Dean inspecciona el lugar.
- Déjalo, sólo.... limpiemos esto.
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En sólo una noche
RomanceMargo tiene 17 años. Y se ve obligada a asistir a la fiesta de cumpleaños de su hermano mayor. Pero éste se accidenta en el medio de la fiesta. Y ahora Margo está a punto de vivir la noche más larga y emocionante de su vida junto al insoportable y m...