#Cap 1: Lo que hay en las alturas.

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"Si voy al infierno por lo que siento entonces habrá valido la pena,

porque sus labios me hicieron estar cerca del cielo y no necesito

otro cielo que no sean sus labios".


-Alexia Morales.


Diez años atrás (Ambas con siete años)-Narra Camila.

-¿qué haces, Lauren?-miré hacia arriba.

Hace cinco minutos Lauren estaba a mi lado pero se le ocurrió la magnífica idea de subirse al árbol que estaba en su patio trasero. Mis Papás me decían que no debía intentar subirme a él, ya que me podía caer y lastimar, pero por más que le dije eso a Lauren, ella igual insistió en subir. Tenía miedo de que se cayera. Está muy alto, pero como Lauren es tan terca no me escuchó.

-espera-gritó sin dejar de subir más alto lo cual me ponía los pelos de punta.

-Lolo, por favor baja.

-Camz-miró hacía abajo en donde estaba yo-sube-la vi sonreír.

-estás loca-grité-baja ahora, Lauren.

-por favor, sube-me rogó-es hermoso.

-está oscuro, te puedes resbalar, Lauren-insistí.

-no sabes de lo que te pierdes, Camz- miraba hacia el cielo.

-Lolo, por favor.

-tal vez pueda ir más alto.

-no-grité-baja, Lauren.

-pero Camz...

-baja, Lauren-demandé.

-está bien-la oí gruñir.

No me importaba que se enojara, ya estaba lo suficiente nerviosa como para aguantar que subiera más. Ya era de noche y cualquier paso en falso podía hacer que cayera del árbol.

-con cuidado-dije cuando vi como bajaba con facilidad.

Con mucha agilidad saltó los últimos centimetros que le quedaban para poder llegar otra vez a tierra. Limpió las palmas de sus manos en sus pantalones para luego voltearse hacia mí.

-no vuelvas hacer eso-pasó por mi lado sin mirarme-Lauren-la llamé pero siguió caminando directo a su casa-Lauren, espera-corrí tras de ella. Lauren caminaba rápido, creo que eso lo heredó del Señor Jauregui-Lauren-la tomé por el brazo.

-¿qué?-gruñó apartándose de mí.

-¿por qué estás así?

-yo quería seguir subiendo-tenía el ceño fruncido.

-pero te podías caer.

-no me iba a pasar nada-negó suspirando-perdón por enojarme-tomó mis manos. Me gustaba que lo hiciera, sus manos siempre estaban calentitas a comparación con las mías.

-no subas otra vez-la abracé.

-no lo prometo-sentí como sonrió.

Al otro día Lauren volvió a subir al árbol, con la diferencia que esta vez lo hizo de día pero al parecer no le gustó porque se bajó de inmediato.

-¿no que te había gustado?-fruncí el ceño.

-no es lo mismo de día-se encogió de hombros.

-volverás a subir de noche-me crucé de brazos sabiendo que tenía razón. Me podría arriesgar a decir que yo era la persona que más la conocía después de los Señores Jauregui.

-me conoces bien, Cabello-sonrió.

Y así fue. Comenzó a subir todas las noches a partir de ese día, aunque yo no entendía por qué le gustaba estar ahí pero de todas formas cuando bajaba veía su cara de felicidad y con eso valía la pena esperarla bajo el árbol.

-algún día debes subir conmigo-se limpió las manos en el pantalón.

-mis padres no me dejarían-hice una mueca.

-pero no tienen por qué enterarse.

Un día Lauren llegó corriendo hacia mí. Yo estaba en mi patio tomando una limonada cuando la vi. Venía con un pedazo de madera en sus manos lo cual me causó curiosidad.

-hola-le sonreí.

-te traje algo-sonrió-tienes que cerrar los ojos.

-¿no me tirarás agua como la otra vez, verdad?-entre cerré los ojos.

-no-rió-no volverá a pasar-sonrió.

-está bien, confiaré en ti pero si es eso...

-que no-soltó una carcajada-te lo prometo.

Cerré los ojos sintiendo ansias de volver abrirlos.

-ábrelos-susurró.

Cuando lo hice quedé impresionada con lo que tenía frente a mí. Los colores mezclados lo hacía ver tan mágico. Las formas, todo lo hacía verse único.

-¿te gustó?

-me encantó, Lauren-lo tomé-¿lo hiciste tú?

-si, ya que no quieres subir al árbol busqué alguna manera de que vieras lo que yo podía ver-sonrió.

-¿todo esto ves?

-si, es hermoso-miró su obra de arte.

-quiero subir.

-¿qué?-me miró confundida.

-quiero ver esto por mis propios ojos-le sonreí.

-te encantará-dijo feliz.

Tenía miedo pero aún así seguí a Lauren. Esa noche hacía un poco más frío que las anteriores pero eso no impidió que Lauren quisiera subirse al árbol, y la verdad a mí tampoco. Sentía mis piernas temblar, no sé si por miedo a que mis padres se dieran cuenta que subiría al árbol o miedo a no podre subir al árbol junto a Lauren.

-no tienes que tener miedo-tomó mi mano-no te pasará nada-sonrió-te cuidaré.

-lo sé-le sonreí-siempre lo haces.

Lauren tomó mi cintura y me levantó hasta que puede poner el pie en el tronco entre las gruesas ramas. Con cuidado me acomodé para dejarle espacio a Lauren. Cuando ambas estuvimos sobre el árbol todo fue más fácil.

Lauren me ayudó en todo momento, me decía de donde me debía sujetar y pisar para no caerme. Cuando ya estamos a barios metros del suelo miré hacia abajo y me dio miedo pero gracias a Lauren logramos llegar a la rama más alta del árbol.

-siéntate con cuidado-apuntó a la rama-acércate al tronco.

Con cuidado y sin mirar hacia abajo me senté en la rama con las piernas abiertas así me podía aferrar mejor mientras dejaba mi espalda apegada al tronco.

Lauren era más ágil que yo así que no le costó nada ponerse frente a mí de la misma manera. Nuestras rodillas se rosaban lo cual me daba más seguridad.

-esto es hermoso-miré el cielo. Nunca le había prestado tanta atención como ahora. Desde el árbol sentía que podía tocarlas, las sentía tan cercas de mí. Ahora entendía por qué Lauren subía cada noche.

-mi Padre dice que hay un gran misterio tras las estrella-susurró sin dejar de mirar al cielo.

-¿cuál?-la miré.

-no lo sé-sonrió sin dejar de mirar el cielo-dice que tengo que descubrirlo.

-me gustaría descubrirlo también-le sonreí captando su atención.

-lo haremos juntas, Camz.






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