#Cap 13: Sentimientos.

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Narra Camila.

Sentía mis ojos pesados pero poco a poco el sueño se iba saliendo de mi cuerpo. Intenté estirarme pero no pude gracias a los brazos de Lauren, estaban firmemente aferrados a mi cintura evitando que pudiera moverme.

Con esfuerzo me obligue abrir los ojos, la habitación estaba a oscuras al parecer nadie se había levantado aún. Estaba todo muy silencioso, dejando de lado los pequeños ronquidos de Lauren.

Con cuidado busqué mi celular sobre la mesa de noches hasta que la encontré y lo prendí para ver la hora en la pantalla de inicio, iban a ser las diez de la mañana. No quería despertarla ni yo quería seguir despierta, aún sentía sueño.

Me voltee hacia ella sintiendo como su brazos se relaja sobre mi cintura, quedé frente a ella no pude evitar sonreír al verla tan relajada. Lauren tenía problemas para dormir y verla hacerlo me hacía sentir bien. Algunos mechones de pelo caían por su cara, tenía la boca entre abierta haciéndola lucir graciosa.

Aparté el pelo que no me dejaba admirarla completamente y luego acaricié su mejilla provocando que arrugara su nariz y que moviera su cabeza un poco.

-Camz-murmuró apretando su agarre en mi cintura.

-Aún es temprano-susurré empujándola por el hombro para que recostara su espalda en la cama y así poder recostar mi cabeza en su pecho. Sus brazos me recibieron de inmediato apretándome contra ella-aún podemos seguir durmiendo-susurré con los ojos cerrados.

Su respuesta fue un pequeño gruñido en aceptación. Su corazón latía lento y su respiración era suave llevándome de apoco al tan anhelado sueño.

Lauren dejó un beso en mi frente el cual duró más de lo normal pero no me disgustó, al contrario, me gustaba sentirme querida por ella. Ya estaba por quedarme dormida cuando siento que la mano de Lauren baja de mi cintura hacia el borde de mi braga metiendo la punta de sus dedos bajo este.

-Te queda apretada-susurró. No entendía a lo que se refería, mi mente seguía pensando en lo que acababa de hacer y en lo bien que se sentía su mano contra mi cadera-no te los pongas más.

-¿De qué hablas?-alcé la mirada hacia ella. Su nariz estaba muy cerca de la mía.

-Tu braga-apartó la cabeza hacia el lado contrario a la mía-está apretada-levantó la punta de sus dedos levantando la tela de mi braga-Dile a Cameron que no sea tacaño, no son tan caras-la vi sonreír con los ojos cerrados. Su perfil era lindo.

-Es temprano para que empieces con tus idioteces-solté una ligera risa, sabía que estaba bromeando con lo que decía-él no me compra esas cosas.

-Debería-asintió ligeramente-él es quien las verá-suspiró sacando su mano de mi braga para llevarla a mi espalda.

-Aún no las a visto-confesé apoyando el mentón en mi mano para volver mirarla.

-Tú mano está tocando mi pecho-rió abriendo los ojos para mirarme de reojo.

-No es primera vez-rodé los ojos.

-Así que Cameron aún no las ve-sonrió volteando su cabeza hacia mí, quedando nuestros rostro a un par de centimetros-sabía que era tonto pero no lento-rió.

-No seas mala-golpee su abdomen haciendo que se retorciera-Solo llevamos tres meses-me recosté en la cama.

-Tienes razón-se volteo para quedar recostada boca abajo con sus brazos bajo su mentón-Aún es muy pronto-me miró dejando su mejilla reposar en sus brazos.

-Mira quien lo dice-rodé los ojos mientras me recostaba igual que ella, dejando nuestros hombros rozarse y nuestras caras frente a frente.

-No es lo mismo, Camz-negó.

-¿Por qué?-fruncí el ceño en espera a su respuesta.

-Porque tú no eres yo-alzó su cabeza quedando apoyada en sus codos-tú eres más enamoradiza y crees en el amor verdadero-sonrió-tú primera vez tomará tiempo porque sé que quieres que sea con alguien especial y que sea un momento inolvidable-susurró-a mí esas cosas no me importan.

-No hemos hablado de estas cosas con Cameron-dije mientras imitaba su postura-pero sé que él querrá que eso pase.

-Lo importante es que tú quieras, Camila-dijo seria-No hay edad adecuada para hacerlo, solo tienes que estar segura y dejar que todo fluya, no fuerces las cosas.

-Lo sé-asentí-Nunca me hablaste de tu primera vez.

-Nunca preguntaste-sonrió.

-¿Puedo saber ahora?-susurré.

-Claro-asintió-¿Qué es lo que quieres saber?

-¿Te gustó?-sentí mis mejillas calientes. Agradecía que la habitación estuviera a oscuras.

-Sí, no estuvo mal. ¿Te confieso algo?-susurró acercando su rostro al mío. Asentí-No duré mucho.

-¿Cuánto?-reí.

-Menos de diez minutos-rió negando-pero Andrés me dijo que era normal durar poco la primera vez-aseguró-luego ya fue distinto. Ahora duro mucho más-guiñó provocando que soltara una carcajada.

-Eres idiota-empujé su hombro con le mío.

-Es verdad-sonrió-¿Tienes otra pregunta?

-Sí-asentí tratando de dejar de reír-¿Con cuantas chicas has estado?

-De novia con dos-eso si lo sabía. Conocía a sus Ex's de hecho-sexualmente con unas...-entrecerró los ojos tratando de recordar-cuatro o cinco. No recuerdo bien, la verdad-me miró.

-¿Y así dices que me tome mi tiempo, Jauregui?-le sonreí.

-Es diferente.

-Tú eres tú, yo soy yo-repetí lo que había dicho minutos atrás.

-Exacto-asintió con una sonrisa-tú tienes que llegar virgen al matrimonio.

-Claro que no-negué sonriendo.

-Claro que sí-frunció el ceño-es más ni siquiera deberías tener Novio.

-No seas ridícula, Lolo-la empujé dejándola recostada de espalda.

-No soy ridícula-rió-ven aquí-me tomó por la cintura colocándome sobre ella. Mi espalda estaba recostada sobre su torso y podía sentir su respiración en mi cuello. Sus brazos rodearon mi abdomen dándome un abrazo cálido. 

-Te estoy aplastando-dije sonriendo mientras colocaba mis manos sobre las suyas.

-No pesas nada Flaca-susurró sobre mi oído rozando sus labios contra mi oreja provocando que cerrara los ojos. Otra vez volvía a sentir ese cosquilleo en el vientre-Lo decía en serio, debes llegar virgen al matrimonio.

-Eso no pasará-susurré con los ojos cerrados. 

-¿Por qué no?-su nariz acarició mi oreja haciendome suspirar. 

-Porque no me casaré.

Nos quedamos en silencio, solo disfrutando de la compañía de la otra. Su corazón latía rápido al igual que el mío pero su respiración era lenta, por un momento pensé que se había quedado dormida pero descarté esa posibilidad cuando habló otra vez rompiendo el silencio entre ambas.

-¿Te puedo pedir un favor?-fue un susurro tan débil que apenas logre oírlo.

-Claro, ¿Qué cosa?-susurré.

-No me cuentes cuando hayas perdido la virginidad.

-¿Por que?-fruncí el ceño volteando a mirarla topándome con su mejilla, dejando mi nariz y mis labios rozando su piel.  No entendía por qué me pedía algo así pero sabía que eso no podría cumplirlo. Es mi amiga, voy a querer contarle algo tan importante como eso.

-Porque no lo quiero saber-apretó su agarré en mi abdomen.

-No prometo nada, Lolo.







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