capítulo 5

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Era la tarde, Lara corría a toda velocidad por las calles para llegar al trabajo, se quedó demasiado tiempo viendo el teléfono para poder poner una frase decente para invitar a Josué el viernes por la noche, si ni siquiera podía poner un mensaje correcto menos podría llamarlo sí que todas las palabras se amontonaran en su boca.

Llego a la puerta del local, busco sus llaves en el desastre que tenía como bolso, localizo la llave en medio de dos bufandas que no sabía que estaban allí o por qué. Abrió la puerta sin ningún esfuerzo respiro hondo antes de entrar. Ni siquiera se molestó en mirar alrededor se dirigió directamente al fondo donde se supone que hace 15 minutos estaría trabajando. Saludo rápidamente a su cajera y algunas de las mozas.

Al entrar encontró a su leal socio ya llevando algunas bandejas al horno, se colocó su delantal y su cofia, reviso la lista de pendientes para esa tarde.

- ¿Qué paso? – pregunto su socio desde el otro lado de la habitación

- Se me paso el tiempo, eso es todo ¿llamaste a los proveedores para mañana?

- los llame al medio día como de costumbre, deja de evadir.

- No sé a qué te refieres – una sonrisa maléfica salió de sus labios

- Mejor no pregunto para ser cómplice en algún crimen.

Se pusieron a trabajar sin más retrasos, Lara se puso a preparar algunas masas para tartas, mientras trabajaba algunas ideas para idear para llamar a Josué, comer en algún lugar no muy lujoso. Ir al cine le parecía demasiado tonto, ver una pantalla por horas no servía, se golpeaba mentalmente en cada momento. Se concentró en el trabajo antes que haga una locura.

Ya cerca de la media noche subía la calle ya cansada de tanto trabajo hoy le tocaron hacer los recuentos para pagar a las empleadas y las cuentas, cosa que le agoto más de la cuenta. Al llegar a la puerta sintió que alguien le tocaba el hombro se giró rápido para poder ver quien era y sacar rápido un codazo por si era un extraño. Se alivió en ver la mirada simpática de su vecino. Observo como sus labios se movían y ningún sonido salía de ellos, se sacó rápidamente los auriculares de los oídos. Olvido que las tenías puestas y a todo volumen.

- Te vengo llamando de hace dos cuadras-

- Perdón, supongo – siguió con su labor de abrir la puerta – ¿Qué tal el nuevo trabajo?

- Estresante y pesado, tuvimos que empezar desde cero muchos proyectos. Y queda mucho por hacer – suspiro cansado – ¿y tú?

- Estuvimos haciendo las cuentas hasta hace rato, cerro bien por poco – ella también suspiro cansada

Llegaban a su pasillo que separaba sus departamentos, Isaac se adelantó y tomo el pomo de su puerta.

- Necesitamos alcohol, tengo unas cervezas ¿quieres? –

- Tienes cervezas, pero no comida – respondió e Isaac solo negó

- ¿Es un sí o un no? Decídete mujer, la oferta no durara mucho – abrió la puerta de su casa y la observo desde el umbral

- Dame cinco minutos, voy por la cena –

Se volvió a su puerta sin decir nada, Isaac celebro en silencio entrando a su departamento, dejo la puerta abierta, se encamino a su cuarto para dejar su bolso y no dejarla en la entrada. Se lavó un poco la cara en el baño y luego se dirigió a la cocina para poder tomar las cervezas de la heladera, buscando el destapador y por el rabillo del ojo vio a Lara entrar con un poco de timidez, pero vio que cargaba con dos platos hondo rebosando de comida. La hizo sentar en el sillón de la sala en frente de su televisor que permaneció apagado. Le entrego la cerveza luego que ella dejara los platos en la mesa pequeña. Él fue a buscar cubiertos, mientras ella se acomodaba en el sofá de cuero negro demasiado cómodo para ella. El volvió con dos tenedores y unas servilletas color café de tela un poco áspera. Le entrego a Lara el tenedor y dejo las servilletas en el centro de la mesa se sentaron al lado de ella y bebió su cerveza antes de dar el primero bocado.

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