Capítulo 2

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Lara seguía parada en la cocina, no entendía lo que a pasado estaba estática en medio de la cocina. sintió sus labios arder y sus piernas templar. Corrió a su ducha y la prendió dejo caer el agua fría, mientras se quitaba la ropa, recordó lo que paso hace apenas minutas que ya parecían horas. se metió debajo del agua un gran suspiro salio de sus labios mientras el agua helado así su magia, despejar su mente. Como pudo ser tan dedil de mente en dejarlo pasar a su casa, pero siempre tubo la duda de como era el, lo veía entrar a su departamento cada mañana que ella se iba al trabajo, nunca se giro, la saludo o la miro siempre la vista al frente, le encantaba como su pelo oscuro revuelto caía en su cara sus ojos, en ningún momento pudo ver que color eran por un momento pensó que eran marrones, pero en otras ocasiones los veía verde, solo recordarlo. Volvió a sentir ese calor en el pecho. Sonrió que por fin paso por lo menos un monto con el, pero su miedo y terror se apodero de ella. Salio de la ducha, no tenia que desperdiciar tiempo tenia que volver a la panadera a seguir su trabajo. tenia que poner tartas al horno, croasanes, entre tantas otras cosas que dejo leudar en las bandejas. Se puso su usual ropa de trabajo  Deshizo la trenza y la ato su cabello en un rodete, tomo su bolso y sus llaves y camino rápido hacías las escaleras no deseaba cruzarse con alguien.

Camino por las calles con los auriculares pegados a sus oídos tenia que sacar de sus sistema a Isaac, ---solo es un idiota- se repetía una y mil veces en su cabeza. dio la vuelta en la esquina esquivando a los transeúntes. llego a la entrada del local reviso su bolso si encontraba la llave para poder entrar, al sacar las llaves vi a su compañero y mejor amigo Elias en la puerta moviendo lo labios diciendo algo. y recordó que tenia los auriculares a todo volumen con un canción que no escuchaba, se los saco de un solo tirón y los guardo en su bolso. 

- Que raro la reina de los auriculares con la música a todo lo que da - la recriminaba mientras se hacia a un lado para que pasara 

- Hola! me alegra verte y si tuve un buen día hasta que un tonto apareció- caminaba hacia el fondo del local, reviso que habían limpiado el piso y las mesas, la sillas estaban colocadas en sus restrictivos lugares. 

- Espero que el tonto no sea yo- 

- Si te lo tomas a pecho - se reía en lo bajo mientras se colocaba su delantal con lunares negros en fondo rojo, que le daba un toque vintage, con unos vuelos en su pecho, se aseguro de su pelo este bien arreglado, mientras se ponía la cofia - tuve una visita inesperada. 

- ¿Tu vieja? - hablo desde el fondo mientras cerraba la puerta 

- Quisiera- suspiro - Recuerdas que te comente que tengo un vecino que siempre que vengo para aquí el recién vuelve de fiesta y que envidiaba su vida. 

- Si, lo mencionaste una rara vez, pero que paso me intrigas. 

- Se apareció en mi puerta con cara de perrito - 

- Te pidió que le tires un hueso - lo decía mientras levantaba una ceja eso significa sexo. 

 - Algo así, pero no con esa terminología - sus labios se curvaron en una sonrisa - Se acerco a mi puerta a pedir comida, pero su estomago no le dejo terminar. ¿ te acuerdas cuando Andrea izo la dieta de los jugos? 

- Como no! el ruido que hacia su estomago, era mas fuerte que el rugido de Mufasa - se reía al recordar ese anécdotas de sábados . 

- Así exactamente sonó su estomago, la lasaña lo llamo a mi puerta, me dio lastima y lo deje que me acompañara a almorzar, con la condición que lavara mis platos - ella también reía mientras se metía a la cocina a revisar la temperatura del horno

- ¿Y que paso después? - Lara empezó a odiarlo por dentro

- ¿Que?  - quería con todas sus ganas de vivir que no preguntara mas,  sus mejillas se estaban poniendo rojas como su delantal.

Vecinos Con BeneficiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora