Yo deseaba una plaza en Google para poder trabajar el resto de mi vida en algo que me emocionaba. Pero no todo salió según lo planeado.
Aquello no solo era una oportunidad de trabajo, sino de algo más. Cuando conocí a aquél chico que mantenía la vis...
Después de esa gran victoria todos nos unimos más que nunca. Estábamos muy entusiasmados. Decidimos explicarles a Nick y Billy lo más importante y básico para éste trabajo.
Tuvimos unos cuantos retos más y casi logramos empatar a Graham y su equipo. En los retos en los que nos enfrentamos contra ellos, Cody me sonreía y me lanzaba miradas. No habíamos vuelto a hablar desde lo sucedido en mi dormitorio. Yo lo ignoraba. Las cosas entre Stuart y yo también habían mejorado un poco; le compartía de mi comida, no usaba su sarcasmo hiriente conmigo, nos lanzamos miradas o muy rara vez nos tomábamos de la mano a escondidas. Algo muy casual.
[...]
Neha y los chicos me dictaban la fórmula final para una función muy compleja. Le coloqué los últimos cinco paréntesis y la terminé. Chetty la miró por unos segundos antes de mostrar una cara de sorpresa y subir su dedo pulgar. Estaba correcta. Todos gritamos entusiasmados y chocamos palmas entre todos. Stuart me estrujó entre sus brazos y me besó la mejilla.
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—Vayamos a jugar billar— pidió Lyle una vez salimos del reto.
—¿Hay billar aquí?— preguntó Nick entusiasmado.
—Claro. Vengan.
—Te seguimos.
Seguimos a Lyle hasta una hermosa área de juegos. Habían mesas de billar, futbolitos, ping pong, entre otros juegos más. Yo no era muy fanática de esos juegos, por lo que me senté en un sofá. Stuart se sentó a mi lado e inmediatamente sacó su móvil y se ocupó.
—Oh, no. Stuart, dame tu celular— tendí la mano.
—¿Disculpa? No lo creo.
—Anda— me acerqué a él—. Dámelo y ve a jugar. Tienes que empezar a vivir. Hay cosas que lamentarás no haber hecho.
—Tal vez, pero no me afectaría no jugar billar.
—Sabes lo que quiero decir.
Me dió su teléfono de mala gana y se levantó de ahí.
—Cuídalo con tu vida. Sólo un juego.
—Okey— sonreí y tomé su móvil.
El celular vibró cuando Stuart se alejó. Miré la pantalla y me mostró la llegada de un mensaje de alguien llamado "Stiles". Ignoré el mensaje y guardé el móvil en el bolsillo trasero de mis jeans.
—Hola, Kat— Cody se sentó a mi lado.
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