Yo deseaba una plaza en Google para poder trabajar el resto de mi vida en algo que me emocionaba. Pero no todo salió según lo planeado.
Aquello no solo era una oportunidad de trabajo, sino de algo más. Cuando conocí a aquél chico que mantenía la vis...
Desperté y ví a Stuart dormido plácidamente a mi lado, dándome la espalda. Lo jalé del brazo para que volteara y lo besé.
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—Buenos días— me sonrió.
—Debes ir a arreglarte, tenemos una junta pronto.
—Cierto.
Se levantó de la cama, se puso sus anteojos y los tenis.
—Nos vemos al rato.
—Sí— salió de la habitación.
Vaya.
[...]
—Para escribir código pueden elegir entre varios editores, tales como Emacs, nano y vi— nos impartía la charla la chica que le gustaba a Nick—. Tienen coloreado de sintaxis y autocomplementamiento. ¿Preguntas?
Nick y Graham levantaron la mano a la vez, pero la chica le dió la palabra a Nick.
—Se me ocurrió, ¿por qué no usar Emacs en vez de vi como editor predeterminado para Ubuntu?
—Esa es una muy buena pregunta, Nick— le sonrió la señorita.
—Gracias.
—Vi contra Emacs es un debate constante— prosiguió ella—. Sigámos adelante.
Salimos de la charla y decidimos que no era una mala idea tomar un baño de vapor. Nos dirigimos a las cabinas de vapor todos juntos. Neha y yo nos separamos de los chicos para dirigirnos a los vestidores de mujeres.
—¿Cómo te fue ayer con Stuart?— me preguntó Neha del cubículo contiguo.
—Genial. Fue una gran cita. Se quedó a dormir conmigo.
—¿Ustedes lo...hicieron?— cuestionó divertida.
—¿Qué? ¡No!
Salimos de los vestidores. Ambas teníamos solamente batas blancas puestas.
—Nosotros no...No.
—Entiendo— río.
Nos encontramos con los chicos, quiénes sólo vestían una toalla blanca enrollada en su cintura. Stuart no tenía sus lentes puestos, y aunque lo había visto anoche sin ellos, parecía otra persona. Menos amargado y serio; tenía el abdomen marcado, no mucho, pero estaba bien.
—Vamos, en verdad necesito ese baño de vapor— apuró Nick.
—Andando.
Stuart y yo nos retrasamos un poco.
—Ven— me jaló hacia una cabina vacía.
—¿Pero...?
—Vamos.
Me atrajo a él y me besó en los labios cuidadosamente. Nos sentamos en la banca del lugar y nos tomamos de las manos. El lugar no tardó en ponerse caluroso; por el vapor, digo.
