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Entré al aula en donde Chetty nos daría nuestra penúltima charla. Ya habían algunas personas.Hoy era el último día aquí, en Google. Y quizá el último día que vería a Stuart.
Tomé asiento al lado de Nick.

—Hola— saludé.

—Hola.

Stuart entró al lugar, me miró por un minuto y se sentó del otro lado de Nick. En segundos se llenaron las sillas, llegó el resto del equipo (menos Billy) y apareció Chetty.

—Damas y caballeros— comenzó Chetty—, ha sido un verano impresionante. Sólo queda un último reto. Ventas. Más de un millón de compañías se anuncian en Google. Busquen una que no. Convénzanlos. Mientras más grande sea la venta, mayor oportunidad tendrán de ganar la competencia. El ganador se anunciará en la reunión final de esta tarde. Buena suerte. ¡Feliz cacería!

—Ventas...¡facil! ¡Los demás van a perder!— comentó Neha—¿Dónde está Billy?

—Se fue.

—¿Qué?

—Lo oyeron— Nick se sentó en una silla—. Pensó que era un lastre y no quiso hablar de ello.

—Tenemos que recuperarlo— ordené.

—Sí, somos un equipo. Eso nos enseñaron— musitó Yo-Yo algo triste.

—Bajo una montaña de referencias incomprensibles sobre los ochenta y una tonelada de otras tonterías súper inapropiadas que, imagino, eran lecciones de vida, nos enseñaron a ser un equipo, Nick— Stuart admitió sincero. Era de las pocas veces que se abría.

—El problema es que cuando toma una decisión respecto a algo, Billy suele ser inamovible. Quizá tengamos que hacerlo sin él.

—Pero, Nick, no queremos. ¿Cierto, chicos?

—Ve a buscarlo. Terminaremos ésto como equipo— pedí.

—Tiene razón— me sorprendió que Stuart me apoyara—. Lo necesitamos.

[...]

Bajamos del taxi y comenzamos a buscar una tienda a la cual integrar al mundo de la publicidad cibernética.
Nick había ido por Billy, en verdad lo necesitábamos.

—Stuart— lo llamé mientras caminaba mis por la calle.

—¿Ahora qué?— giró los ojos.

—Sobre lo de la otra noche...

—Creí que ya había quedado claro.

—No, no quedó claro. Cody fue quien me besó. Él tocó a mi puerta, yo abrí y de un momento a otro ya me estaba besando y lo rechacé...Por tí— sonaba mejor en mi cabeza.

—Es bueno saberlo— comentó con suma indiferencia y regresó hasta al frente de todos.

Sentí un nudo en la garganta que ardía y mis ojos se humedecieron. Respiré hondo y traté de tranquilizarme.

—La tecnología de la publicidad contextual puede vincular automáticamente sus anuncios a las páginas web más pertinentes a su negocio— dijo Neha al dueño de una pizzería—. ¿Yo-Yo?

Miramos a Yo-Yo; ¿en qué momento se le cayó su ceja derecha?

—Revisar el desempeño de su anuncio para ver impresiones , clics, costos y conversión de datos— complementó.

—Miren— habló repentinamente el señor—, se nota que son buenos chicos y agradezco su visita, pero somos un negocio familiar. No usamos internet. Gracias por venir. Frankie les va a regalar una rebanada de pizza— hizo un ademán con la cabeza hacia su hijo que estaba a su derecha.

𝐓𝐡𝐞 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐬𝐡𝐢𝐩 ► 𝑺𝒕𝒖𝒂𝒓𝒕 𝑺𝒕𝒊𝒍𝒊𝒏𝒔𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora