Amor de vida

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El amor existe y no hay duda de eso, es profundo, extraño, doloroso, embriagador, adictivo y muchas veces un completo desastre.

He conocido cada uno de esos puntos del amor, pero si me preguntan cuál es mi versión del amor, diría que es profundo. Tan profundo como un hueco en el infinito, como un poema romántico, como una soledad desesperada, como el fondo del mar. Tan profundo que no se puede medir, no se puede desaparecer.

He tenido un amor profundo, el amor de mi vida. Su nombre está tatuado en mi corazón y mi mente, cada día al despertar pienso en él y su mágica mirada. Cada día siento mi cuerpo vibrar al recordar sus besos, sus risas, su manera de hacerme sentir que solo él y yo existimos.

Pero de él, solo queda eso, su recuerdo.

Si tuviera la valentía de verlo de nuevo, me perdería en la calidez de su compañía. Pero es feliz y yo también lo soy, así, cada uno por rumbos diferentes.

Tengo otro amor a mi lado, es un amor real, cómodo y bastante fuerte, siento que es la persona con la que debo estar, con la que quiero permanecer. Pero no es el amor de mi vida y es algo que no es fácil de aceptar; entender que el amor de tu vida no es la persona con la que estarás... Es complicado.

Creo en la teoría del "hilo rojo" y quizá mi hilo rojo esté conectado a ese amor profundo y eso no quiere decir que esté con la persona equivocada. Quizá solo estemos destinados a amarnos con locura, a la distancia, y no una distancia geográfica, sino una distancia mental y emocional.

Creo que las películas de amor nos enseñan esos finales felices que no siempre se cumplen en la vida real y eso es algo que debemos siempre tener presente.

En la vida podemos encontrar varios amores, algunos estarán destinados a ser y otros no. Pero eso no quiere decir que no sean amores verdaderos.

Año 2012.

Historias de una loca enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora