Miedo al amor

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Dicen que el primer amor de todas las mujeres es su padre.

Yo, lamentablemente, no formo parte de ese gremio.

Mi padre ha sido siempre hombre serio, seguro de sí mismo, un hombre poderoso y bastante reconocido, pero nunca aprendió a ser un padre de verdad.

Mi padre, si es que puedo llamarlo así, fue el primer hombre en romperme el corazón. Su falta de atención hacia mí, su ausencia en momentos importantes en mi vida como cumpleaños, navidades, graduaciones, ceremonias de premiación y otros eventos más, su falta de cariño, su maldita costumbre de ignorarme todo el tiempo y hablarme solo en momentos donde él lo necesite son muchas de las razones que le quitan el título de "PAPÀ".

Daria lo que fuera ser "la princesa de papá", por tener en mi mente algún recuerdo de un abrazo suyo, de un "te quiero", de un desayuno a su lado, una tarde en el parque enseñándome a conducir bicicleta, de una charla sobre chicos que no quiere para mi vida, de una tarde de películas de esas que prefiere ver solo porque tienen mucho suspenso y de seguro me asustaría, aunque se bien que es porque no quiere mi compañía.

Es él la razón por la que prefiero no tener a ningún chico a mi lado, no quiero verme tan patética mendigando el amor que él no púdico darme, y sé que si me lo hubiese dado, también hubiese querido tener a un chico a mi lado, porque serian amores distintos. Pero siento que si me arriesgo a conocer a un chico, puede resultar ser un asco como él.

No lo odio, al contrario, lo amo y daría mi vida por él, aunque él no sienta lo mismo por mí.

Año 2013.

Historias de una loca enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora