Amor propio

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Hay amores que son difíciles de encontrar, de sentir, de dedicarles tiempo suficiente, de valorar. Pero sin duda alguna el más complejo es aquel que le debemos a nuestra alma, nuestro cuerpo, nuestra mente.

Podría decir que es simple, solo con mirarse al espejo y agradecer por lo que somos, lo que tenemos en el interior y en el exterior, pero no basta, necesitamos más que una simple ojeada a nuestro reflejo, ya que muchas veces no encontramos algo de que agradecernos, no sentimos que haya algo realmente valioso dentro o fuera de nosotros, muchas veces no nos hemos dedicado enamorarnos de lo que somos sino lo contrario, llegamos al límite de odiar nuestro ser.

He visto personas hacerse daño, llorando por su apariencia física y odiando a todo aquel que le diga lo bello que es su ser, su existencia. He visto personas sin rumbo, con la necesidad de saber dónde está su propósito en esta vida y que, al no encontrarlo, sufren por creer que no valen nada, que no merecen vivir. He notado como muchos se dan valor así mismos dependiendo de aquello que se cuenta monetariamente; porque claro, un reloj vale más que un alma, la marca de la ropa vale más que los sentimientos, el auto vale más que las huellas que marca en la vida.

Si pudiera regalarles algo a todas las personas del mundo, les daría el don del amor propio; para que observen lo que realmente valen, lo hermoso que es su cuerpo, su alma, su personalidad. Todo su ser.

Año 2016.

Historias de una loca enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora