Pura química

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Entró a su Jeep temblando. Trató de introducir las llaves, pero aquel titubeo le hizo fallar varias veces. Tenía que irse ya. Giró la llave pero aquel trasto se resistió. Sus manos sudaban, y su mandíbula no dejaba de moverse. Estaba aterrorizado.

-¿Stiles? - Derek le sorprendió en la ventanilla.- Dios mío... ¿estás bien?

-Derek, por favor, ahora déjame en paz.- trataba de contener las lágrimas. Volvió a girar las llaves pero falló.

-Estás temblando. ¿Qué ha sucedido?

-¡Nada! - arrancó por fin.- Me voy ya a casa. Deberías ir con Scott.

-Estaba en el gimnasio. Cuando te llamó no le cogiste. Seguí tu olor y noté que algo iba mal. Hueles... extraño.

-Por favor no me analices. Me voy.

Puso en marcha el Jeep y salió de allí sin mirar atrás. Debería haber imaginado que su amigo se había quedado esperando en el gimnasio. No tenía nada que hacer en casa, y si no podía quedar con Allison, no había mejor plan. Pero ahora mismo no podía ver a nadie, tenía que huir.

Subió a su habitación y se hizo un ovillo en la cama. Tenía varias llamadas perdidas de Scott, pero no era el momento de contestar. Su mente daba vueltas una y otra vez a lo sucedido. Aún no podía creerlo. Se sentía sucio, usado, y asqueroso. Tanto fue así que nada más recordarlo se levantó, casi arrancándose la ropa y se fue a la ducha. Utilizó más jabón que nunca.

Pero seguía sintiéndose sucio. No se puso ropa. Se metió en la cama y apagó la luz. Escribió un simple mensaje para tranquilizar a su amigo :

"Me ha vuelto a castigar, creo que suspenderé la evaluación. Me he puesto nervioso y me he ido a casa. Lo siento."

Al menos así podía justificar aquel percance con Derek, y el hecho de que no había quedado después con su amigo.

El fin de semana no mejoró las cosas. No salió apenas de su cuarto. La excusa eran los exámenes, pero quedaban semanas. Su padre tenía trabajo, así que sabía que no lo tendría pendiente de él. Scott estaría con Derek, o en su defecto, con Allison.

Ding Dong. El timbre sonó. Era extraño. Su padre no estaba en casa, y su amigo tenía planes. Un horrible sentimiento lo invadió. El profesor. Seguro que lo había ido a buscar. Ya había dicho que el lunes se verían, pero tal vez se lo había pensado dos veces. Stiles cogió su bate y bajó lentamente las escaleras. No veía a nadie fuera desde dentro, estaba justo en la puerta.

Din dong. Volvió a sonar.

Agarró con fuerza el bate y abrió la puerta levantándolo, dispuesto a golpearle. Pero alguien lo cogió e inmovilizó el ataque.

-¿Qué estás haciendo?

-¿Derek?

-Te dije que tu bate no servía para nada. ¿Por qué me atacas? -lo soltó.- ¿Qué te pasa?

-No... no es nada. No sabía quién venía, eso es todo.

-¿Qué pasó ayer?

-No pasó nada.

-Intentabas matar con un bate a alguien que venía a por ti, algo pasó.

-Yo...- tenía que inventar algo.- me pareció ver algo. Una sombra, quizás nada.

-¿El alfa?

-Puede ser... sentí que me seguía y... me asusté. Eso es todo.

-Ya... ¿seguro?

El lobo y el corderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora