Era un día bastante frío en Londres, Niall había salido a hacer sus compras del mes, tenia tantas cosas en la cabeza que había olvidado el cereal que era justamente por lo que había conducido una hora hasta la ciudad y lo olvido
–¡Maldita sea!– cerro rápidamente la cajuela de su coche y se dispuso a volver al centro comercial justo cuando vio a una niña castaña de unos 6 años brincoteando por su jardín
Frunció el ceño y camino hacia la pequeña
–¿Hola?– dijo
La pequeña se giro rápidamente y lo miro, sus pequeños ojos verdes le recordaban a alguien, pero no estaba muy seguro de a quien
–Hola!– sonrió la pequeña –Soy Darcy– estiro la mano e inclino un poco la cabeza
–¿Estas perdida o algo así?– pregunto Niall mirando a todos lados para luego estrechar la mano de la niña
–No– negó –Mi papi esta por allá, estamos jugando al escondite– Darcy corrió y se abrazo a sus piernas como escondiéndose
Niall se sobresalto pero no dijo nada mientras buscaba con la mirada al padre de la niña
–Se... ¿segura que tu padre esta contigo?–
–Si, estaba detrás de mi... – se giro buscando a su padre hizo puchero y sus ojos se humedecieron cuando no encontró al susodicho detrás de ella
–No, no llores– el rubio se acuclillo frente a ella y le seco las lagrimas que habían empezado a caer –Seguro que tu papá es bueno jugando al escondite por eso no lo vemos– trato de tranquilizarla
–No es verdad, papá es horrible jugando cualquier cosa– y ahora si se echo a llorar
Niall no sabia que hacer, miro de nuevo a todos lados pero no había nadie allí y no escuchaba a nadie llamando a la niña. ¿Qué iba a hacer? No podía llamar a la policía porque asustaría a Darcy
–Oye, ¿que tal si vamos al centro comercial? Te comprare caramelos y luego volvemos a buscar a tu padre–
Darcy se limpio las lagrimas
–Papi dice que no vaya con extraños–
–¿Soy un extraño? Pensé que ya éramos amigos– Niall hizo como si fuera a llorar y Darcy lo abrazo
–Esta bien, pero me prometes que volveremos por mi papi?–
–Promesa– el rubio levanto una mano solemnemente y luego sonrío –Vamos, que el camino es largo–
Se subieron al auto y emprendieron su camino
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Harry corrió calle abajo mirando a todos lados con la cara llena de terror, había perdido a su hija, la persona que más amaba en este mundo y la había perdidoLlevaba poco más de 3 horas buscando a su hija y las lagrimas ya picaban sus ojos, a estas alturas ya estaba imaginándose lo peor
–¡Darcy!– ahueco su boca para que se escuchara más fuerte –¡Darcy!–
Atravesó la calle y diviso una hilera de casas, pensó que si Darcy había corrido mucho, quizá alguien por allí la había visto
Toco casa por casa mostrando una foto de la pequeña y rogando que si la veían lo llamaran. Los vecinos asentían apenados y aceptaban el papel que Harry les estiraba con su numero
Solo quedaba una casa y estaba perdiendo la esperanza, llamo una vez al timbre
–De acuerdo, pero ten cuidado porque seguro que esta cali...– el rubio se detuvo en cuanto lo vio