—¿Qué tal la resaca, galán?— pregunto mi amigo Dan mientras me codeaba
—Vete a la mierda— susurre acomodando las gafas sobre el puente de mi nariz
—No aguantas nada— rió de nuevo —Por cierto, ¿que paso con Harry?— pregunto echándose un puñado de cacahuates a la boca
—No recuerdo mucho, tenía demasiado tequila en la cabeza— respondí presionando mi sien mientras bebía jugo de naranja —Solo me acuerdo que por alguna extraña razón luego de colgar con él me puse a llorar y bebí hasta desmayarme
—Supongo que eso no es muy bueno
—Supongo que no— asentí
Eche la cabeza hacia atrás y cerré los ojos dejando que el sol me diera en la cara.
—Joven Horan
Levante la cabeza y me quité las gafas de sol entrecerrando los ojos
—¿Que pasa Betty?
—Emmm... tiene visitas— la mujer retorció su delantal entre sus dedos y sonrió nerviosa —Es el joven Styles
—¿Qué?— gritamos Dan y yo al unísono
—¿Harry esta aquí?— pregunto Dan
—¡Dan! ¡Deja de gritar, maldita sea! ¡Me duele la cabeza!
—¡Tu también estas gritando!
—¿Todo bien aquí afuera?
Su voz aún tenía ese poder de sobresaltar sobre cualquier barullo
—Aquí se rompió una taza y yo me voy para mi casa— se rió Dan mientras se levantaba y tomaba a Betty por los hombros —O quizá pueda quedarme un rato para que así Betty pueda cocinarme uno de esos platillos estrellas porque en verdad me muero de hambre
Ambos entraron a la casa, dejándome completamente a merced de Harry
—No sabia que tu casa tenía un jardín tan amplio— Harry se mordió el labio y se sentó frente a mí —Pensé que no te gustaban los jardines
—Y s... siguen sin gustarme— confirmé luchando por no titubear
Él sonrió mientras miraba a su alrededor. Estaba hermoso, completamente hermoso; el solo mirarlo me encandilaba
Tenía tanto tiempo sin verlo, la última vez que habíamos estado juntos le había dicho que estaba con Hailee porque se parecía a él, que imbécil y ahora estaba aquí, de carne y hueso tratando de entablar una conversación normal
—¿Entonces por qué compraste esta casa?— tomo una zanahoria del plato de Dan y se la llevo a la boca
¡Dios Santo! Esa boca. Me removí incomodo, tratando de no pensar en sus labios
—P... por ti, sabía que a ti si te gustan las casas con jardines amplios y me arriesgue pero luego lo arruine todo— vacile bebiendo lo que restaba de jugo —¿Qué estás haciendo aquí?— pregunté
—Tu me llamaste
—Lo sé, pero no recuerdo haber dicho algo como para obligarte a tomar un avión hasta aquí... ¿o si?
Frunció el ceño y pareció envejecer años en menos de 30 segundos
—¿No te acuerdas?— sonaba malditamente herido y no sabía porque —Claro que no, estabas ebrio. Será mejor que me vaya, fue un error venir hasta acá— se levanto como si la silla quemará y dio media vuelta
"No puedo perderlo, no de nuevo" pensé
—Espera— grite haciendo el mayor de mis esfuerzos por mantenerme en una sola pieza —Te dije que te amaba ¿no?— pregunte tomando sus dedos entre mis manos