«No Querias Lastimarme»

«31»

- Estuvo buena la peli- Dijo Abel sonriendo, la pequeña niña estaba en medio de nosotros dos, mi mano tomaba la manito derecha de la niña mientras que la mano de Abel tomaba su manito izquierda.
- Aigg tio, callate te dormiste en casi toda la pelicula- Bufo Becca, esta niña me encantaba en realidad no parecia que tuviera siete años, era muy madura para su edad.
- Lo siento, vale es que era muy aburrida- Le respondio yo rei por lo bajo.
- A mi me gusto- Abel hizo una mueca y luego me sonrio.
-¿Y ahora que? - Hablo Becca, no estaba tan cansada hace mucho tiempo no venia al cine o alguna de esas cosas.
-¿Que si vamos a ese restaurante que tambien tiene juegos?- Dije, Becca alzo su mirada y un brillo especial paso por sus ojos.
-¿Uffo Juegos?- Pregunto como si de oro se tratara, asenti y mi corazon se apachurro cuando sus delgados brazitos rodearon mi cintura.
- Eres mi heroe, Abel nunca quiere llevarme alli- Frunci el ceño y lo mire, solo blanqueo sus ojos.
(...)
- Mira... Esto es genial- Practicamente grito Becca.
- Ve a jugar, te llamare para comer- Gruño Abel, el lugar olia delicioso pero estaba atestado de niños, que gritaban, lloraban y hacian berrinches. Frote con mis manos sus hombros y lo obligue a sentarse en una mesa vacia.
- No sabes cuanto me irrita venir a este lugar-Dijo, rei por lo bajo y me puse seria cuando me lanzo una mirada amenazante.
- Hazlo por ella, tio - Le respondi señalando con mi cabeza al tobogan donde Becca estaba, el suspiro y luego asintio.
Una joven, alta, esbelta, morena, en fin linda con grandes ojos marrones se aproximo a nosotros.
-¿Que van a pedir?- Su voz era realmente chillona, y masticaba chicle de la forma mas asquerosa posible. Abel me miro y yo me encogi de hombros me daba igual lo que pidiera.
- Dos hamburguesas gigantes y una caja uffojumbo- Dijo mirando, la chica escribio en su libretita y se fue.
Me aclare la garganta, y el me miro raramente usabamos el telefono cuando estabamos juntos, me era insoportable hablar con una persona cuando esta utilizando su movil siento que no me presta atencion y es lo que justamente no quiero que ocurra con Abel.
- Deja el puto movil... - Le adverti y el sonrio, solto su Iphone sobre la mesa.
- Todavia no logro entender como es que tienes un movil de ultima generacion, autos modernos y ademas unas de la motos mas costosas del pais, pero robes cigarros que por cierto cierta vez consumes-Le reproche, la verdad nunca tuve oportunidad de preguntarle todas estas cosas, y necesitaba saber de el, ya que es mi novio ¿No?...
- Mi padre se ha empeñado en no darme ni un puto euro, no esta de acuerdo con mi año sabatico- dijo haciendo las comillas con sus dedos- Por lo que llegamos a un trato, no me quitaria nada de lo que me compro y durante este descanso me sostengo solo con mi dinero- Finalizo, pero su confesion me dejo aun mas intrigada.
-Si, eso esta bien pero ¿Año sabatico? ¿Tu dinero?
- Es simple muñeca, digamos que antes era un niño riquillo esos tipo chicos frikis, no sabia como comprar un puto chicle, todo me lo compraba mi padre- Se inclino en la mesa y junto sus manos- Termine mi instituto, y papa queria que me hiciera cargo de su maldita empresa, practicamente lo mande a la mierda y me tome este año sabatico, pero gracias a que nunca necesite nada me llevo a trabajar con Mark- Asenti un poco abobada por tanta informacion.
-¿Y? - Lo alente a seguir.
- Y... Conoci lo peor y lo mejor de esta puta vida, solo por llevarle la contra a Elias, mi papa, Mark se encargo de mostrarme todo lo malo, la vida me golpeo muchas veces, no le deceo lo que pase dentro de esa finca a nadie...-
Se quedo mirando a la nada, opte por quedarme en silencio, no se que es lo "peor" para el pero siempre fui muy considerada y en este momento me doy cuenta de que el necesita su espacio.
Me levanto y voy hacia Becca, que esta lanzando pelotas de colores dentro de un gigantesco pelotero.
-¡Becca! Vamos que ya nos traen la orden- Le dije ella se despidio de unos niños y vino hacia a mi.
-¿Que le ocurre a Abel?- Pregunto con su voz chillona.
-Nada, ¿Por que lo dices?- Interroge, ella señalo la mesa en donde estabamos, Abel estaba alejandose.
Apure el paso y sente a Becca en la silla.
- Quedate aqui un momento- Le susurre y me dirigi hacia donde el iba.
Cruzo la puerta de entrada y luego de unos pasos la cruze yo, el frio choca con mi rostro, lo que me recuerda por un momento que el invierno esta entrando.
-¡Oye!- Lo llame, el se dio la vuelta, su rostro era una roca, sin expresion alguna. -¿Donde vas?
- Vuelve adentro Trinidad, las espero en el coche ¿Si?
- ¿Todo esta bien?- Le pregunte aunque se que nada esta bien, todo esta mal y no entiendo por que.
- Si, solo es que... No me siento muy bien- Se acerco a mi y beso mi frente.- Vuelve adentro.