Kamika: Dioses Guardianes

2. Verdades ocultas

Fight Song - Rachel Platten

El camino a casa de Sara fue largo e incómodo. Durante todo el trayecto ninguna dijo nada, solo se escuchaba el motor del Toyota y el sonido del viento por la ventana. Olía a humedad, el cielo gris anunciaba una tormenta. El frio lo confirmaba: en cualquier momento llovería.

Sara seguía con la mirada fija en el volante, hundida en sus pensamientos. Probablemente estaba pensando en qué decir, para ese punto no tenía ni idea de lo que pasaba por su cabeza. Mientras yo tenía un nudo en mi cabeza al tratar de armar un rompecabezas donde faltaban piezas.

Ella no era del tipo de bromas, de hecho, las odiaba. Todo eso no podía ser un simple montaje o una broma pesada, iba más allá que una jugarreta. Los cuervos, las cortinas, el látigo, esas personas... era muy elaborado para tratarse de un chiste.

—Sara... ¿podrías por favor decirme lo que ocurre? —pedí, en un nuevo intento de entender la situación.

—Ya te dije, tienes que esperar.

—¿Por qué? ¿Qué tiene que me lo digas aquí? Solo dilo.

—No es tan fácil.

—¿Qué no lo es? Tú sabes lo que ocurre, pues explícamelo.

Tomó aire y pareció meditarlo. Tras unos segundos extendió su mano hacia mía, bien abierta sobre mi cabeza a centímetros de distancia. No despegó los ojos del camino en ningún momento.

—Ailyn, lo siento.

Eso fue lo último que oí. Mis ojos se cerraron de golpe, dejándome ver su mano sobre mi cabeza antes de rendirme ante el repentino sueño que se apoderó de mi cuerpo.