El Favorito (Kidou x Fudou)

Capítulo 11

Temí tanto que fuera Kageyama.

— ¿Quién anda allí?—preguntó la sombra.

Esa persona sacó una lámpara y dio directo en mis ojos.

— Por Dios, ¿qué haces aquí?—sentí como unos brazos me rodeaban y empezaban a mojar mi hombro—pensé que estabas muerto.

Levanté la vista de la persona.

— Afuro—dije con voz cortés – ¿Qué haces a las cuatro de la mañana en la oficina?

— ¿Qué hago? El jefe me puso a hacer vigilancia cuando yo debería estar con mi lindo Atsuya, teniendo una muy buena noche de pasión—contestó.

Reí un poco.

— Pero ¿cómo estuvo ese atentado? ¿Cómo estas vivo?—preguntó el rubio.

Afuro Terumi era el secretario de Kageyama, él no tenía idea de qué eran los favoritos, pero era bueno en su trabajo, era una persona de "buen corazón".

— ¿Has notado si Kageyama actúa extraño?—pregunté.

— Si, hoy vino Kido, él es un antiguo empleado, de hecho tenía el mismo puesto que tú tienes ahora y estuvo con Kageyama todo el día en su oficina, cuando le avisé al jefe del accidente estaba allí y comenzó a llorar—contaba Terumi—No recuerdo que haya salido, pero ya no lo vi después cuando el jefe me ordenó mandarle una corona a tu madre por tú muerte... ¿Genda también está vivo?

— Si—contesté afirmativamente—Afuro...

— Dime Aphrodi, me hace sentir más joven—dijo él.

Lo miré con pesadez.

— Afuro, puedes irte, yo haré guardia—contesté.

— ¿Estás seguro? ¿Qué pasa en realidad?—preguntó él.

— Lo que pasa es que Kageyama fue el de la idea del auto bomba y yo necesito las pruebas para hundirlo.

Afuro se quedó boquiabierto, no podía decir nada.

¿Cómo era posible?

— ¿Quieres que llame a la policía o algo?—preguntó muy lindo.

— Gracias Aphrodi—hice un esfuerzo por llamarlo así—pensándolo bien, si, necesito que me consigas ropa.

Afuro no dijo nada, solo acató la orden.

— Tengo en mi casillero, iré por ella.

— Por favor.

Salió corriendo y en un dos por tres llegó con mi pedido.

— Gracias—dije—ahora si te puedes ir, de seguro ese tal Atsuya debe estar esperándote, Aphrodi, si no vivo quiero que sepas que... te agradeceré mucho que no me vayas a traicionar.

El negó y dijo "yo nunca podría hacer eso" y "confió más en mis compañeros de trabajo que en ese hombre"

— De nuevo Gracias—hablé.

El rubio salió del lugar y yo entré a la oficina.

Vacía y oscura.

Sabía perfectamente a donde tenía que ir, entré atrás del librero, odiaba ese estrecho pasillo, fue cuando lo vi.

POV. KIDO.

Estaba dormido incómodamente, tenía unas esposas en las manos que estaban sujetas a la cama, estaba desnudo, golpeado, y para colmo no podía ver.