La Reina De Los Rebeldes.

08: "Miedo".

Dos días después de que Frederick y yo nos habíamos besado en el estudio, en realidad no fue un beso apasionado, solamente fue un roce de labios, porque fuimos interrumpidos por Kathia, al parecer no se dio cuenta de lo que había sucedido, aunque sospechaba algo por la forma como me estuvo mirando todo el día pero permaneció callada, fue lo mejor de verdad no tenía ganas de enfrentarme a más acusaciones. Por otra parte Stephen ha estado esquivo conmigo y trata de no dirigirme la palabra, aún me parece extraño lo que no le haya contado nada a Maximiliano sobre la nota que me mando el líder de los rebeldes, estoy preocupada porque no se en algún momento utilice esa información en mi contra para sus propios fines, quería hablar con él y llegar a un acuerdo, pero siento que estaría perdiendo mi tiempo, preferí dejarlo así y esperar lo que Dios quiera, en sus manos estoy desde el instante de que pise este Palacio.

Acababa de terminar mis clases de etiqueta con Madame Wang y ahora estoy en la prueba de vestuario para la fiesta de compromiso, esta será en un par de días y ya comenzaban los preparativos, habían llegado algunas de decoraciones al gran salón, muchas de las cosas que había aprobado, Max las rechazaba después diciendo que no les gustaba mis gustos, obviamente Kreta y Benedice le harían caso a su Rey antes que a mí, en realidad me tenía sin cuidado con lo que pasara con esta fiesta, por mi fuera no se realizaría jamás. Me estoy probando el vestido número diez y estoy agotada, camino hacia el vestidor para que ellas puedan verme, antes de salir me miro en el espejo, es un vestido de cola larga de corte de sirena, sin mangas, de color dorado con lentejuelas de swarovski. Es realmente hermoso, de todos los que me he probado este es el que más me ha encantado, cuando se lo muestro a las estiradas, ellas por primera vez dan su aprobación y parecen complicadas.

— Solo hay que esperar que el Rey este de acuerdo con este vestido. —Dice Kreta tomándome del brazo para que pueda voltearme enfrente del espejo, pongo los ojos en blanco que hasta para esto Max tenga que aprobarlo ¿Ni siquiera puedo elegir mi propio vestido? Me parece bastante ridículo.

— Haremos una prueba de maquillaje y con los demás accesorios, para ver como quedas Lady Tiana. Pero cabe destacar que con este vestido se ve perfecta. —Dice Benedice elogiándome, casi puedo ver una pequeña sonrisa.

— Muchas gracias, me encanta este, ojalá a Max también le guste. —Digo mientras me admiro una vez en el espejo enfrente de mí, girando la cola hacia a un lado, parecía una princesa de cuentos de hadas.

— Creo que esta vez Majestad estará complicado con la elección. —Afirma Kreta. —Ahora por favor tome asiento, vamos a peinarla y maquillarla.

Voy a hacia el otra área del salón, donde se encuentran la maquillista y el peluquero, tomo asiento para que ellos hagan su magia, luego de una hora después estoy lista y me veo en el espejo, me había dejado el cabello con la mitad recogida en una especie de moño con algunos broches dorados, el otro suelto con las puntas onduladas, y el maquillaje, una sombra marrón no muy oscuros y los labios pintados de vino tinto oscuros, me veía elegante y hermosa, debo admitir que ellos habían hecho un gran trabajo. Kreta y Benedice también parecen felices con lo que hicieron conmigo.

— Wow Tiana estas realmente hermosa, más de lo que eres. —La voz de Frederick me sobresalta y siento mis mejillas sonrojarse mientras lo veo por el reflejo del espejo, se acerca a mí con una gran sonrisa, enseguida vinieron los recuerdos de cuando estuvimos a punto de besarnos, de lo mucho que lo había deseado, había sido extraño y confuso. Sin duda hubiese sido un gran error, lo más seguro me iba arrepentir, estoy agradecida con Kathia que nos interrumpió, aunque todavía podía sentir el roce de sus labios con los míos.

— Gracias, Erick. —Que lo haya llamado con el diminutivo de su nombre ha hecho que su sonrisa se ensanche más, marcando el hoyuelo de sus mejillas lo que lo hace lucir más guapo de lo que es.