Josh tenía un chingo de hambre y se fue a su taquería favorita. En el camino no pudo dejar de pensar en Tyler, algo había llamado su atención en él. Tal vez era la forma en la que preparaba sus dorilocos, no sabía pero en realidad le valía madre. Llegó a la taquería y buscó una mesa pero todas estaban ocupadas.
- Verga... - susurró.
Esperó, esperó, la gasolina bajó de precio y esperó más tiempo hasta que por fin vio una mesa disponible. Se acercó rápido y se sentó.
- ¡A huevo! - celebró su triunfo. Iba a levantar la mano para pedir pero cuando volteó a buscar al mesero se dio cuenta de que Tyler, el chico dorilocos, estaba buscando una mesa. - ¡Wey! - lo llamó pero voltearon otras personas menos Tyler. - ¡Wey! ¡Tyler! - y volteó. Josh movió su mano haciendo una seña para que se sentara con él. Se acercó y Josh se sintió bien pinche feliz.
- Hola wey. - Saludó Tyler ya que se sentó.
- Hola, chico dorilocos. ¿Quieres pedir?
- A huevo. ¡Hey! - llamó al mesero. - Tres tacos de carne asada y dos al pastor, de harina y con todo menos cebolla.
- Yo cuatro de carne asada de harina y sin chile, ni cebolla. Por favor.
- Pinche joto. - le dijo a Josh cuando el mesero se fue. - ¿Cómo que sin chile?
- Pues me enchilo cabrón. - respondió a la defensiva. Tyler rió.
- Ya no te enojes, yo te acepto seas joto o no. - Comenzó a reír otra vez y Josh iba a responder pero los tacos llegaron.