Prólogo

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Narra Zach

Acton, ahí es donde vivo.

¿Qué si me gusta? Es mi pregunta favorita todas las mañanas de camino al colegio, el High Desert School. En realidad, no me gusta la pregunta, tampoco este pueblo. Si de mí dependiera hace mucho tiempo me hubiera ido, mas no puedo debido a mis padres.

Mi padre en especial.

Un monstruo.

Son casi las 7:50 a.m. cuando llego al colegio, así que aún tengo unos diez minutos en que perder el tiempo. Me dirijo al salón donde me toca la primera clase. A manera de esperar las 8:00 a.m. me siento en el suelo junto a mi mochila. —Mi fiel amiga —digo en un susurro y dejo reposar mi cabeza contra la pared. Cierro los ojos e intento fingir que no hay ninguna de las casi 200 personas que están en este colegio; personas con metas, sueños. Yo siento que pierdo el rumbo.

—¡Boom! —Como una mismísima bomba suena la campana diciéndome, con una falta total de armonía, que debo entrar al salón. Me había quedado perdido en mis pensamientos que ni cuenta me di que ya era hora de las clases. Si mal no recuerdo me toca matemáticas con la ruda, malhumorada y antipática profesora Bianca. Nos odiamos, y es tan recíproco que asusta.

—¡Malditoooo! —¡Joder! Que no sea ella—. A ti te hablo desgraciado, me dejaste plantada. ¿Acaso no tienes sentimientos por tus amigas? —Lo único que hago es suspirar mientras Emily, mi mejor amiga, me pega con la fuerza de un zumo boxeador en la espalda.

Llegamos a nuestros asientos. Los golpes continúan.

—¿Podrías parar? Pegas más duro que un hombre en pleno combate, ¿Emilita linda? —le digo haciendo puchero, a lo que ella se niega a responder y sólo se sienta en el puesto de atrás.

—Ahora el plantado serás tú por lo que queda del mes —me dice en un tono más duro que el de un juez dando su veredicto. Tanto drama por solo faltar a una noche de películas.

La hora se pasó volando. Nos encontramos a mitad de clase y, como tan amigo que soy de la profesora Bianca, me encuentro parado frente al pizarrón resolviendo un difícil ejercicio, del cual no tengo ni idea cómo resolver.

—Es como sumar uno más uno, cariño. —El sarcasmo de la bruja Bianca es estrepitoso, casi insoportable—. ¡Resuélvelo! O llamo a tus padres por bajo rendimiento. —¿Acaso está mujer me ha gritado? La odio, y pareciera que tiene una fascinación por hacer que la odie más.

—Bruja desalmada —digo en el susurro más leve, pero por la bendita suerte que me ampara, ella lo logra oír.

—Veamos como se ve eso en el libro de clases muchachito —¡Ay por dios! Qué hice para merecer esto—. Ahora Zach pue... —La bruja no termina la frase, me vuelvo a ella y la veo mirar la entrada del salón. Giro en el mismo eje y por el cristal de la puerta veo al director.

—A tu asiento Houplain —le oigo decir mi apellido con un tono de ¿Miedo? Bueno quién no, el director es unas treinta veces más malvado que la bruja que me mandó a mi asiento, río por lo bajo de camino a mi asiento.

Se abre la puerta y entra el brujo mayor. A mi sorpresa deja la puerta abierta tras él ¿Será que ya le salió la cola? Sonrío al imaginarlo.

—Jóvenes, buenos días. —Todos están de pie frente a sus asientos; la bruja Bianca frente a su escritorio.

—Buenos días —se escucha por parte de los 29 alumnos en el salón.

—Tomen asiento —dice el director Barnes—. Bueno, el motivo de mi visita es informarles que a partir de hoy un nuevo alumno ingresará a este curso. No es de por aquí, así que espero lo reciban de buena manera. Entra jovencito. —El director hace señas con la mano en dirección a la entrada del salón.

No tengo intenciones de saber quién es el nuevo así que prefiero bajar la mirada y en mi cuaderno escribo "Muerte a la bruja" en muchos estilos de letras. Una sensación me apresa y me fuerza a mirar. Todos se ríen, y entiendo el porqué. El chico se cayó. Escucho un quejido de parte del muchacho. Veo como se levanta y entra.

Un fuero se encendió dentro de mí, no puedo saber que siento, se le ve frágil, y a la vez una persona llena de alegría. Es como si toda mi vida me hubiera estado perdiendo de algo. Un algo que no poseo, pero deseo.

El director se despide diciendo algo que ni siquiera escucho. Estoy ensimismado mirando a este chico. A este chico cuyo nombre ni siquiera sé.

—H-hola —murmura frente a la clase.

—No es el momento de una presentación, siéntate al lado de Zach —le dice la bruja, sacando un bolígrafo y anotando en el libro. ¿Por qué hizo eso? Puedo ver como el chico poco a poco se pone más y más tembloroso hasta que baja la vista. No va a llorar, ¿Verdad? Agh, te odio aún más Bianca.

—¡Eh! Por acá —le digo al muchacho en post de ayudarlo, ya que a esa velocidad terminará llorando, algo me lo dice.

El chico levanta la vista y me mira directo a los ojos, lo cual me descompone al instante. Siento un ardor en mis mejillas. Le veo caminar hacia donde me encuentro, se saca su mochila y la pone junto al pupitre. Su cara está triste, ¿Qué le pasará? Se sienta, y es ahí donde me percato que no he parado de mirarlo. Vamos Zach, para. Consigo desviar la mirada; me estoy poniendo ansioso, ansioso por querer verle más tiempo.

—Soy D-dy-Dylan —me dice tímido y aun tembloroso, pero con un tono de voz tan hermoso que me deja en blanco.

*Le saca la tierra a los lentes y se los pone* Espero le guste este proyecto al cual hace mucho tiempo le tenía muchas ganas, soy nuevo en esto así que no me maten, y una nota que quiero dejar a modo de no desanimarme es que aún que tenga 1 vista, seguiré adelante XD. Bye,bye. No olviden dejar sus comentarios bbés ( ͡° ʖ ͡°) .

Barreras [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora