Barreras [Gay]

11. ¿Amigo o enemigo?

"Lo que anhelo es libertad, es un futuro sin miedo o invisibilidad."—Zifalon.

Narra Zach

De todas las personas en el mundo, jamás esperaría lo que estoy presenciando. Anthony se nos acerca, con la mirada baja y un rostro preocupado. Me exalto, siento como mi cuerpo se tensa al sentir su presencia.

Aún no olvido que golpeó a Dylan.

—¿Qué quieres? —digo con desdén.

Dylan me toma de la mano y Emily le indica a Anthony que se vaya, nadie lo quiere aquí. A nadie se le olvida lo hijo de puta que ha sido con nosotros.

—Necesito hablar con ustedes —dice Anthony—. Sé que me he comportado mal, pero les pido me escuchen.

—Pues dilo rápido —espeta Emily.

Anthony mira a todos lados, cerciorándose que no haya más gente. Su mirada es preocupada, incómoda.

—No sé cómo decir esto —, Anthony lleva las manos a sus bolsillos—, no imaginé que esto pasaría.

—Dime que no lo hiciste tú —dice de pronto Dylan. Sus manos sudan sobre las mías—. Dime que no fuiste tan miserable para hacerlo.

El rostro de Emily y el mío reflejan lo poco que estamos entendiendo.

—Sí, yo tomé la foto —acaba diciendo Anthony.

¿Cómo pudo ser capaz? Por culpa de este imbécil mi vida se ha vuelto un desastre. Gracias a él mi padre se ha enterado de mi sexualidad: me ha cagado la vida.

Ahora aparece y lo dice como si nada.

—¿Por qué los has arruinado así? —le grita Emily. Jamás la había visto tan enojada.

—No era mi intención —murmura—. Yo... yo tan sólo quería enseñarles la foto a mis colegas y ver su reacción. No esperaba que los hijos de puta difundieran la imagen.

—¿Ver su reacción? ¿Con eso te justificas? —digo acercándome a él—. Me has cagado la vida, me has dejado sin casa. Vete a la mierda.

Anthony no responde, ni siquiera intenta defenderse; tan solo está ahí, parado, callado.

—¿No me dirás nada? —le digo al tiempo que mis manos jalan de su polera.

—Tan solo quería ver sus respuestas —dice Anthony—. Pero sólo me di cuenta que mis amigos no me apoyarían si les digo que... también me gustan los chicos.

¿Qué le gustan los qué?

—¿Anthony tú eres? —, digo soltándole la polera.

—Shh —me calla, mirando alrededor—. Lamento lo que les he causado. Intenté frenarlos, incluso les conté mi secreto; pero ellos tan sólo me humillaron, al igual que el pueblo lo ha hecho con ustedes. Lo siento, de verdad.

—Es tarde para disculpas —dice Emily, quitándome las palabras.

El daño ya está hecho, es verdad. En parte entiendo a Anthony, yo también me reprimí, también busqué formas de comprobar el apoyo de mis padres. Siempre fracasé, ellos siempre me demostraban que nunca me darían su apoyo.

Si bien Anthony no tenía en mente hacernos daño, ya poco importa. Las cosas han llegado a un límite en donde la verdad pide a gritos ser dicha. No se puede vivir en un armario toda la vida, menos cuando sales con un chico.

En parte le debo una: me ha sacado un peso de encima.

—Está bien, no te culpo —digo al tiempo que le doy la espalda. Busco la mano de Dylan—. No pensé jamás decirte esto, y a pesar que no lo creas: gracias.