"Rehacerse es parte de superarse, de ser más fuerte; es creer en ti." —Zifalon.
Narra Zach
Una parte de mí sabe que todo lo que he vivido antes de conocer a Dylan fue un mero entretiempo hasta que alguien como él llegara a mi vida. Viví, y por mucho tiempo, ansioso del día en que alguien me acogiera con ese calor y ternura que él me brinda.
Sabía que mi familia nunca me daría esa contención.
Tampoco es que espero vivir toda la vida bajos el amparo del amor de Dylan, pero en estos momentos no puedo pensar en otra cosa. Le necesito y sé que no puedo depender mucho de él, ni él de mí. No mientras mi familia esté dispuesta a destruir lo que tenemos.
—¡No entres! —escucho a mamá gritarme justo antes de abrir la puerta—. No debiste irte o volver.
¿Es lo que creo que pasará? ¿Otra vez?
No me da tiempo a reaccionar, la inercia de mi mano abriendo la puerta le ganó a la advertencia de mamá. Ni un paso tras abrirse la puerta alcancé a dar, el golpe del puño de papá fue certero. Me fui directo al suelo.
—¡Vamos levántate! ¡Vamos! —Otro puñetazo golpea mi rostro—. Si eres tan valiente de irte de casa sin autorización, si eres tan maricón para tomarte fotos besándose con otro hombre, ¡Levántate!
Sé que no vale la pena intentar lucha, que todo es imposible cuando se trata de escabullirme de mis padres. No sé qué hacer. ¿De qué foto habla? ¿Qué es eso que ellos saben, más yo no tengo idea?
Tengo miedo, mi cuerpo duele demasiado y Raúl, mi padre, no se detiene. No escucho nada. Hay un sonido vacío en mi mente y es ahí donde recuerdo al padre de Dylan diciéndome que tome pruebas de momentos como estos. Lo que sigue me sorprende a mí mismo. Tomo el celular de mi bolsillo, y con el poco de fuerzas que me quedan me levanto y comienzo a grabar. Sé que mi padre se está preguntando qué coño hago, que cómo demonios me atrevo. No me importa.
Grabo sus gritos, su cara enfurecida y distorsionada por el odio que me tiene. Mamá no hace más que intentar cogerme el móvil. Es inútil, ya nada me detiene.
Papá no intentó disimular frente a la cámara. Se acercó agresivo y me gritó mil insultos; a su propio hijo. Pude zafarme de sus brazos que intentaban quitarme el móvil. Salgo, en ese único chance que tengo, a la calle. Sé que será mí última vez en esta casa. Esta casa que me vio crecer y descubrirme.
La casa que debía ser mi lugar seguro, pero que nunca lo fue.
No oí gritos, ni me detuve a investigar por qué. Tengo lo que necesito, justo al alcance de mi bolsillo. ¿Será está la llave para acabar con este infierno? Es lo que más deseo. Anhelo con muchas fuerzas irme de este pueblo. Me gustaría tomar la mano de Dylan, irnos a esperar un bus y salir de este mísero pueblo en un viaje de no retorno.
Llegué más pronto de lo que esperaba a la casa del chico que inunda mis pensamientos con esperanza. Su casa es como mi lugar seguro al que no fue necesario tocar el timbre para ver como el chico al que besé la noche anterior me abriera la puerta. —Lo siento por las molestias —es lo primero que digo al verlo. Me mira como quien sabe que es la última esperanza para alguien perdido como yo. Se acerca, siento mi corazón latir fuerte.
—Molestia es lo que siento al saber que no pude estar ahí para ti —él lo entiende todo, y agradezco no pregunte—. Espero me disculpes por eso, yo debí...
No le doy tiempo a continuar, él no tiene responsabilidad en cómo mis padres me han humillado siempre. Prefiero sellar la inquietud de Dylan con un beso, un beso que le diga cuán agradecido estoy por estar aquí y ayudarme.
Me llevó directamente a su cuarto, me dice que use su baño y tome una ducha. —Mientras hablaré con mi padre —dice antes de salir. El agua me golpea sobre las heridas que dejó mi padre. Quiero que el agua me limpie, que se lleve todo lo que jamás debió estar opacando mi vida. ¿Así se habrá sentido Katie cuando se fue de casa? Te extraño tanto, hermana.
Ahora solo necesito dormir, quizá olvidar por difícil que sea. Dylan y su padre me llamaron desde las escaleras, a lo que acudo tras vestirme.
—Me imagino que las cosas no fueron agradables —comienza Osvaldo—. Lo siento mucho.
Llevo mi mano al bolsillo. Me asusto al no sentir mi móvil, corro al cuarto de Dylan sin responder las palabras de su padre. Lo que tengo para mostrarle es mejor de lo qué podría decir. En el pantalón sobre el suelo encuentro mi móvil, ese cacharro de hace años.
Regreso rápido a Dylan y Osvaldo. —Pude obtener esto —digo al tiempo que les enseño el video, veo el terror en la cara de Dylan, y preocupación en la de su padre—. Sus palabras, Osvaldo, me hicieron eco mientras mi padre me golpeaba, así que tomé valor y grabé cuanto pude.
Él se queda con el celular, me dice que mañana comenzará una demanda contra mi padre y que es suficiente con ese video para que un juez, al ser Osvaldo el nuevo Sheriff de la ciudad, le permita ser mi guardián.
Dylan me toma de la mano, le dice algo a su padre que no entendí, pues me siento cansado. —Sé que apenas nos conocemos hace un par de días — comienza tras cerrar la pieza de su cuarto. Dylan esta tembloroso, tanto en cuerpo como en voz—. Pero te prometo que haré cuanto pueda para ayudarte a salir de ahí. —Lo único que hago es abrazarle. Este chico es más que un ángel, es la representación de un cielo lleno de ellos.
Le agradezco, le beso. Hoy es lo mejor que puedo hacer. Pronto seré fuerte para, si un día, él también me necesite. Nos recostamos sobre su cama. Hoy no hay alcohol en mí, hoy soy consciente y seguro.
—Quiero quererte a tiempo completo —digo al tiempo que mi cabeza toca su pecho.
—Quiero me quieras a tiempo completo —responde.
Narra Dylan
Mi celular inunda mi pieza con el sonido de notificaciones, me fue imposible no despertar. Intento buscarlo en la oscuridad llevando mi mano al suelo, no quiero despertar a Zach que duerme acurrucado a mi cuerpo, tuvo un largo y mal día.
Doy con mi celular y me sorprendo al tener cerca de trescientos mensajes, treinta son de Emily y el resto de un grupo "Gays, asco para el pueblo". No entiendo nada ¿qué broma es esta? No entro a los mensajes del grupo, tengo miedo. Prefiero ver los mensajes de la amiga de Zach.
"Alguien les fotografió en tu fiesta, es un caos" Es el primer mensaje, los demás son una ola de formas de despertarme. Entro al funesto grupo y lo veo claro. Zach y yo besándonos, algo borrachos, pero nuestros rostros se ven nítidos.
"Gays de mierda" "Me dan asco" "Fuera de mi colegio, fuera de mi pueblo" todos son mensajes diciendo cuán mal estamos por el simple hecho de querer besarnos. El único mensaje de apoyo, si así se puede llamar, fue el de Emily a una chica que nos deseó la muerte a Zach y a mí, "¡Cállate maldita zorra!" fue la respuesta de Emily.
Anthony está escribiendo... alcance a leer antes de apagar mi celular y comprender que el padre de Zach no será nuestro único tormento.
Adelantos/Próximo capitulo: Acton no es lugar para nosotros.
Las miradas de todo el pueblo se cernían sobre nuestras espaldas, no tengo que mirar para...
—¡Ahí viene los gays de...
Notas de Zifalon:
¡HEEEY! No saben lo feliz que estoy por volver a ustedes. A cada razón, porque ustedes son una gran razón, le agradezco que me lea, que me apoye. Cuénteme ¿qué les ha parecido?
No duden en dejarme cualquier duda, inquietud o si quieren hablarme al priv; yo les responderé. Espero estén muy bien, ♥‿♥.
IMPORTANTE: las actualizaciones serán cada viernes, está semana llevará este capítulo y el del viernes, *premio doble*.
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Barreras [Gay]
Romantiek¿Cómo se vence a la homofobia cuando es colectiva y solo son chicos combatiendo el odio? Zach y Dylan apenas se conocen, se gustan, se quieren; su pueblo los odia, los apuntan por ser diferentes. ¿Será el amor capaz de combatir el odio? ¿Podrán Zach...