capitulo 4

493 19 0
                                    

Bendito sea Naruto! Este hombre está como quiere, alto, delgado, unos ojazos color miel, una sonrisa hermosa, tenía que ser mío si o si.
Hhoola digo con la voz entrecortada.
Le debí parecer una estúpida.
****: Tú deberías ser dulce verdad?
-sssii *digo aún babeando*
****: Lo supuse, mi nombre es Alfonso, soy el director de la escuela a la que irás.
-*Quee! Pero si es bien joven a los más 23 años* Ah ok. Contesto de forma cortante, esto no me estaba gustando para nada, que este bien bueno es una cosa pero que sea mi director me parece muy mal. Pero a la vez excitante.
Nos subimos al auto mamá y papá se fueron en uno con mis hermanas, yo y 4 guardias, más Alfonso en otro.
entro y me acomodo. atrás me sigue Alfonso. pasa y se sentó a mi lado.
-y tú qué edad tienes?
-15.
-mierda.
-disculpa? Digo desconcentada.
- *pone cara de pánico* o nada lo siento recordé algo, eres bastante pequeña a lo que te vez.
-oh gracias por tu alago.
digo con Sarcasmo.
- a mi no me parece malo.
Lo miro con cara de WTF, lo único que me faltaba un director sexi y desquiciado, aunque me gusta esa combinación, lo ignoro y el resto del camino es tranquilo, intento mirar por la ventana pero me es imposible, ya que tengo al lado la distracción más hermosa. Rápidamente se me ocurre un plan, algo maquiavélico pero me gusta. pasan 2 minutos y me hago la dormida, me corro a su lado y pego mi cabeza en su hombro y bajo mi mano de golpe a su entrepierna, el da un salto.
- Dulce! Despierta dice con la voz entrecortada.
Increíble pero cierto rápidamente voy sintiendo como aquel amigo de allá abajo va despertando, bien esto me está gustando.
Respondo fingiendo estar dormida.
- ya voy ma, 5 minutos más.
Y rápidamente aprieto aquella zona.
dios, esto es inmenso! Y parece agrandarse con cada caricia. Rápidamente me tira hacia la ventana.
Fingiendo despertarme confundida.
- auh que pasa!
-lo siento fue sin querer estás bien?
- me golpeé la cabeza pero creo estar mejor que tú, que pasa?. Digo fingiendo indiferencia, moría de risa por dentro este hombre estaba rojo y sudado, tenía puesta su mano es su erección evidente.
-Naaddaa.
-ok, pero si hay algo en lo que pueda ayudarte ni lo dudes en decirme, lo digo dándole doble sentido a mis palabras, río en mis adentros.

Lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora