Capítulo 3

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—Esto debe ser una jodida broma —murmuró Shanon mirando su reflejo en el espejo. Tenía una mueca de disgusto dibujada en su rostro —. Definitivamente mataré al maldito bastardo—bramó.

Su tono de voz estaba teñida por la furia pura, y su rostro me lo comprobaba. Su ceño estaba fruncido un gesto que a simple vista era duro, mientras que sus ojos azules se oscurecían por completo mostrándose molestos, su mandíbula estaba fuertemente apretada debido a la fuerza que ejercía en ella, y..., por un momento temí a qué se lastimara de verdad, sus manos estaban hechas puños de tal modo que sus nudillos estaban empezando a ponerse blancos.

Eso me comprobó que estaba enojada, pero más que eso furiosa.

—No es para tanto —le dije —. Te queda muy bien el rosa, a parte ya te hacía falta un cambio de look, Shanon. —Traté de animarla convenciéndola de qué se veía bien, pero resultó un intento en vano de mi parte.

Ella me mandó una mirada fulminante por el espejo. ¡Qué carácter!.

Su arrebate de hoy se debía a que había teñido su cabello de rosa, dejando a un lado el azul.

—¡Es horrible! —Gruño —.Es cómo ser el clon perdido de Rosita Fresita, ¡esto es horroroso y lo peor de todo es que lo tengo que llevar por dos meses! —lloriqueó.

En cierta parte tenía razón, el rosa no era lo suyo. No le favorecía en lo absoluto, pero tampoco le quitaba puntos a su favor. Era una situación balanceada, no ganaba pero tampoco perdía. Lo cierto es, qué se veía rara. Un día era peli azul y al día siguiente era peli rosa, todo esto paso por una apuesta que tuvo con su hermano mayor. Ernest.

No sé exactamente qué tipo de apuesta hicieron. Pero al parecer el castigo iba a ser qué se tiñeran el cabello de rosa por dos meses, y en éste caso perdió Shanon. Ella no es una chica que le gusta perder, la mayoría de las veces en las que ella apostaba con Ernest siempre ganaba. Supongo que es el karma o tal vez el destinos o quizás, sólo quizás... ambos.

—Al menos no pareces la hermana perdida de Shueerk. —Otra de sus miradas fulminantes fue lanzada con tal intensidad en mi dirección. Otro intento inútil de mi parte.

—Eso no me ayuda.

—Sólo quiero animarte pareces alma en pena, Shanon —le digo.

Y era verdad, ayer me había dicho que no iba a estar en su casa, porque iba a hacer algo de suma importancia. Al principio creí que iba a ir a retomar otra vez sus clases de guitarra, pero..., hoy por la mañana comprobé totalmente lo contrario. Una Shanon totalmente distinta a mi intento de mejor amiga me abrió la puerta ésta mañana.

Lo que nos llevó a esto que estamos haciendo ahora. Ella maldiciendo el rosa y yo tratando inútilmente de animarla.

Ambas estábamos en su habitación. Shanon estaba en frente del espejo de su tocador y yo..., yo simplemente estaba sentada en una orilla de su cama.

Desde que tengo memoria Shanon siempre ha sido mi mejor amiga, y una hermana para mí. Nos conocimos a principios del jardín de niños, y no sé cómo ni el por qué nos empezamos a hacer amigas ése mismo año. Supongo que ambas congeniamos al instante, fue como un tipo de chispa eléctrica que hubo entre ambas, que al juntarse provocó una completa explosión nuclear. Algo parecido al Big Bang, solo que pequeño. Después de una semana, ambas no nos queríamos ni separar, las dos logramos hacer una confianza grandísima y en menos de dos días ya nos conocíamos a la perfección, llegaría a apostar lo que fuese a qué nos conocíamos mejor, de lo que nuestros padres nos conocían.

Secuestrando a mis ídolos #PGP2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora