Secuestrando a mis ídolos #PGP2017

Capítulo 5

Exactamente a la una de la tarde me encuentro en frente de la casa de Shanon, como ella me pidió ayer por teléfono. Bajo la mirada a mis pies, mientras me preparo para tocar su puerta..., sé preguntaran qué de ciencia tiene tocar la puerta, bueno la respuesta es fácil... la señora Stward es, cómo decirlo..., algo ¿especial? Se podría decir. Ella es una de esas personas que te analisaban con la mirada y creaban su propia crítica de ti, si era buena o mala ella solamente lo sabía. La mamá de Shanon era algo crontroladora y exigente, que, tan solo con su mirada era capaz de ponerte los cabellos de punta.

Debajo de mis pies estaba un tapete que citaba la oración; «Bienvenidos a la residencia Stward»

Armandome de valor eleve mi brazo a la altura del timbre, pero antes de que yo pudiera tocar la puerta se abrió de repente. Una Shanon algo agitada se dejo ver por el marco de la puerta. Su cabello rosa, que, comúnmente lo llevaba peinado y presentable sin siquiera dar un indicio de descuido, ahora lucía descuidado y rebelde inclusive algunos cabellos se asomaban a los lados de su coleta media deshecha.

—¡Sam! —exclamó en cuanto me vió, mientras saltaba el primer escalón para abrazarme efusivamente.

—Sha, me estás asfixiando —musito, con algo de dificultad.

Sus brazos eran como dos grandes anacondas enroscandose en mi cuello dispuestas a asfixiar a su presa.

Ella se separó de inmediato de mí, dándome una mirada algo avergozada—:Lo siento —me dijo apenada —. Mi madre me tiene con los nervios colgando por un hilo, está loca últimamente, así que...

—¿Qué? —Mi tono suena algo confundido.

Shanon rueda los ojos, en un acto reflejo de fastidio.

—Te explicaré rápido; Mi madre piensa que soy una de esas típicas adolescentes depresivas que andan vagando por el mundo, dice que no es normal que esté "obsesionada" con los chicos, también cree que que debería relacionarme con personas de mi edad que tengan clase y cultura..., puedes creer qué se le metió la loca idea en la cabeza de que mi forma de ser y de vestir es su culpa., así que su forma de solucionarlo es pasar tiempo de calidad en familia. —Su tono de voz es una mezcla entre incredulidad y fastidio —.¡Piensa que sólo por ser neurocirujana tiene derecho a tomarse el papel de psicologa familiar!

Trato de asimiliar la información que me acaba de dar. Si antes creía que la señora Stward se le había safado un tornillo, ahora estaba completamente segura que no solo era uno., sino varios.

—Espera un momento... ¿Tu mamá quiere que te relaciones con adolescentes que tengan nuestra misma edad y que esos adolescentes tegan clase y cultura? —Sha se limita a asentir mientras pone los ojos en blanco —.¿Qué hay de malo conmigo? Yo soy tu mejor amiga, ella me conoce desde que ibamos en el jardín de infantes. Que acaso yo no cuento o qué.

—Ah, sí, se me olvido mencionar un detallito; mi madre piensa que eres mala influencia para mí, y que gracias a ti entre en ésta estapa de rebeldía.

Abrí mis ojos de par en par. ¡Que ella piensa qué!

—¿Ah? —exclamé.

—Lo siento, Sam, ya sabes cómo es ella., cuando se le meté algo en la cabeza no hay quién la haga entender —me dijo, con algo de pena inpregnada en su voz.

—Creeme que ahora lo comprobé. —le respondí entre dientes —. ¿Por qué te veías tan apurada cuando abriste la puerta?

—Mi madre estaba pensando en hacer una terapia en familia, ya te imaginarás tal pesadilla ¿no?; mi madre sentada en el sillón individual mientras estudia el comportamiento de mi padre el cual está sentado en frente de ella nervioso por las miradas feroces que le dedica mi mamá. Querida amiga mía, lamento informarte que mi familia perdió el juicio.