30 Days Smut Challenge

diez

"¿Una cena mamá? ¿Estás loca? Mucho menos en el hotel del tío Vernos, será un pandemónium, por favor mamá, te lo ruego." Sus ojos se unieron a los de su mamá, mostrándole el fastidio que estaba sintiendo en ese momento. "Ya hablé Daniel, nada va a cambiar mi idea, con la muerte de tu padre tan fresca debemos de hacer lo posible para no romper el lazo, que tanto le costo unir." 
"Mamá por favor, te lo ruego, no me hagas hacer esto, ni siquiera lo conozco ¿Y sí es uno de esos mamones que no quieren ni tocar el piso? Di que estoy enfermo o algo así." Louise le dio una mirada severa. "Ya fue suficiente Dan, te he dicho que es lo que haremos una vez, no tengo por que escuchar tus caprichos, se hará lo planeado y ya." El mencionado soltó un bufido sabiendo que no podría convencer a su mamá, por ninguna razón.

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"Clarisse, han llegado, ¿Todo bien? ¿Necesitan algo?" Ambas mujeres se besaron como una bienvenida. "Louise, que gusto verte, lo único que necesitamos es la asignación de habitaciones, muchas gracias por la invitación." En ese momento Louise recordó que Dan debería estar ahí con ella para bienvenir a la familia Lester.

"El placer es mío cariño, hacía tiempo que no pasábamos tiempo de calidad entre familias, sus habitaciones son la 408 para ti y para este hermoso jovencito la 666, espero que disfrutes de la compañía." El ojiazul, que hasta ese momento había sido pasado por alto recordó que tenía que compartir habitación, con el hijo de la familia más poderosa de hombres lobo, su alfa mayor, esta de sobra decir que tenía miedo. Una pequeña sonrisa escapó sus labios, espera que sea divertido.

Cuándo entró a la habitación se sintió un intruso, todo se sentía ajeno, no entendía por qué, pero cuando se decidió a dejar sus cosas sobre una de las camas lo entendió, la mayor parte de las cosas olían a él, a el primogénito de los Howell, lo único que se le hacía más raro es que no se sentía un intruso, se sentía casi como en casa.