"Crees en el amor?" pregunto a mamá en la mañana, estoy hecha un desastre con el cabello atado en un moño alto y una cara de sueño terrible. Las pesadillas me han desvelado, creo que nunca se irán pero hubo al menos una "salvación" esa historia que me negaba a leer, al menos viajé con la pluma del escritor. Aunque me costó creer mucho de lo que decía.
"Tú papá y yo nos amamos" responde tras una pausa.
" Eso no es amor. Es idiotez de tú parte, salvajada del monstruo" Amo como aparece Christopher de pronto, aunque ya no vive en casa tiene las llaves y siempre que papá no está entra.
"Criso" grita Kevin corriendo a sus brazos, es la única vez que le veo dejar a su adorado Buzz, hasta lo lleva al baño, lo cual me parece exagerado.
"No Halley, el amor no existe, hay cariño de amigos, amor de algunos padres por sus hijos, pero amor no"
Al observar su rostro, me parece que ha envejecido, no parece de dieciocho, sino de más años, yo también parezco mayor, aunque mi tarjeta de identidad diga lo contrario.
"Pero... Ha de existir el amor" no sé porque insisto con ese tema. Está claro que no existe.
"Halley, estas enamorada?" mamá me sirve un té, e intenta sonreír aunque solo puedo ver el morado en su brazo, es reciente, tiene color azulado, los otros ya han cambiado a una tonalidad café claro.
"No" me apresuro a responder, siento como me pongo roja, no sé cómo voy a poder volver a la rutina. Pero, supongo no es amor lo que siento. Es añoranza. "No creo que nadie pueda amarme nunca"
Al menos esa parte es cierta, ya me convencí de ello, lo he repetido varias veces a mi reflejo, llegué a creer que quizás podría ser así, hasta que Christopher me dijo que los hombres sólo se fijarían en mí para "un acoston" y si él lo decía era por algo. Esa frase la anote en mi diario, bajo la frase en rojo que decía "Necesito tiempo...no sé lo que siento... Estoy confundido"
"Una amiga dijo que el amor era egoísta, malo, mezquino, que traicionaba, que era un arma letal, una quimera"
" Pues escuchala es muy sabia" Cristopher comenzó a buscar comida en la nevera.
"Amas a Adriana?" Mi pregunta queda en el aire unos segundos disfrazados de horas.
"No la amo, se lo digo porque es lo que las mujeres quieren oír siempre" Eso lo explica todo. Concluyo, era lo que desesperadamente quería oír, aunque no fuera cierto. Y no lo era
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SILENCIO
Teen FictionQué pasa cuando la melodía de tú alma ya no encuentra la tonada?