Relámpago

12 3 0
                                    

Insistí en que cada quien se quedara en un hotel, cuando llegáramos, pero Eru quiere un reencuentro y Tatiana quien recién llegó a esa ya molesta sala de espera, lo desea también, ella parece una muy agradable sonata. Al verla, recuerdo una vez en que deseábamos ser seres mágicos, ella era una dríada, yo una sirena. No sé porque recuerdo eso ahora, los había enterrado para siempre hace años y ahora florecen tan de repente que me asombran.
Eru tiene todo planeado.
"Nos hospedaremos en el hotel junto al mar" anuncia, una vez dejamos el aeropuerto. Debe repetirlo dos veces, una porque un avión no deja que los demás escuchen, otra porque Santi quiere mate y Emi lo silencia.
"Iremos al mar?" en estos cuatro años no he presenciado ese milagro ni una sola vez, aunque lo presencio en mis sueños, cuando las pesadillas no lo nublan.
"Eso parece" repone él. Justamente él. No le hablo en todo el trayecto, la antigua Halley quizás hubiera corrido hacia ellos, a hacerles hablar como hacia antes, pero simplemente veo el horizonte con esos colores maravillosos, Tatty y Eru hablan de las colecciones de sandalias, Vane escribe, Yami y Emi conversan, Santi canta, y él lee mensajes, quizás de su novia, yo observo todo y no observo nada, hasta que lo veo, justo ahí, tras unas palmeras, es aun más precioso de lo que imaginaba, tan azul como el zafiro, tan perfecto que dan ganas de llorar y reír.
"El mar Arwen" recuerdo, apoyo las manos en el vidrio del autobús deseando que el cristal fuera inexistente quiero correr hacia el agua, es como si perteneciera ahí.
El hotel, es más un resort todo hecho de madera con techo de paja, Eru explica algo de su construcción yo solo miro el mar, estamos tan cerca, huele a sal y a libertad, se mueve en tanto conversa con el viento, su majestuosidad no se compara sino a las estrellas. He descubierto algunas en el planetario, el asunto es que si encuentras una estrella la registras en el observatorio nacional y te dejan elegir el nombre, y yo los elegí a ellos, ahora cada uno tiene su propia estrella aunque no lo saben.
"Hola" esa voz melodiosa de inmediato me alegra el día, no puedo creer que Arwen haya crecido tanto, es casi un hada, conserva esa ternura y alegría. " me hospedare con ustedes" sonríe y nos abraza.
"Y yo" Xiomara corre dejando huellas en la arena. Ahí estamos, un grupo de amigos reunidos por los años, volvemos a ser chiquillos cuando jugamos al football, el equipo Emi vence al equipo Santi por un apabuyante marcador. Obvio yo estoy en el equipo derrotado y marco un hermoso gol, en mí propio arco.

SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora