Capítulo 2

9.2K 615 112
                                    

CAPÍTULO 2.

A pesar de que la ventana de la habitación era pequeña, durante el día la habitación era bastante luminosa. Louis se levantó desperezándose y calzandose las botas que había traído el día anterior. La ropa estaba un poco arrugada de dar vueltas en la cama, pero eso no le importó demasiado: tenía un plan.

Se dirigió al salón para el desayuno que se basaba en media tostada con aceite y un vaso de leche fría. A Louis nunca le había gustado la leche sola, por lo que decidió dejarla sobre la mesa.

En el mismo instante que comenzó a comer su tostada, sonó una campana, y todos los presentes en el comedor comenzaron a mirar a todos lados, aterrorizados. La mirada de todos recayó en Louis, que seguía comiendo su tostada.

Una mujer alta, 1'80 más o menos, se dirigió a él con el ceño fruncido. Había parado junto a él, pero a Louis le era indiferente, hasta que comenzó a toser.

"Señor Tomlinson... veo que usted no es demasiado religioso..."

El chico alzó la cabeza y tosió debido a la risa.

"Mmm, ve usted estupendamente, señora."

La mujer entrecerro los ojos y frunció mas el ceño, frunciendo también los labios.

Varios de los chicos allí presentes miraban a Louis con una sonrisa picara en los labios, mientras que las chicas se dedicaban a mirar a aquella mujer aterrorizadas.

"Señor Tomlinson, soy la directora de este correccional, he estudiado muchos años, muchas carreras, y no voy a permitir que un niño de su edad me hable así. A mi se me habla con respeto, ¿ENTERADO?" el tono de aquella mujer se había ido elevando cada vez más hasta llegar a gritar en la última palabra.

"Enterado, y sordo en estos momentos. Ahora, si me permite, me gustaría seguir disfrutando de mi media tostada de aceite, gracias."

La mujer alzó una mano, e inesperadamente alguien la paró.

"Tranquilícese, yo me ocuparé de él."

Louis había reconocido la voz sin ni siquera tener que girarse. Era aquél chico de la noche anterior, con el que tenía algo pendiente, ese tal Harry Styles.

Una vez que sintió que la mujer se había alejado de él, pudo girarse para contemplar a aquel chico de ojos verdes y pelo rizado que lo miraba con los brazos cruzados y arrugando el ceño.

"Vamos, no te pongas así. Pareces mas viejo de lo que eres, y creo que eso no es lo que quieres dar a entender. ¿Verdad? Además, estás mas feo" el ojiazul sonrió, mordiéndose el labio, y levantándose para posicionarse algo más cercano a él.

Teniendole a tan solo unos centímetros podía comprobar la diferencia de altura entre ambos. El apenas le llegaba al hombro, y en cierto modo eso le pareció muy sexy, nunca le habia gustado ser igual o más alto que un chico.

El chico comenzó a caminar cuando Harry le dio un toque en el hombro, saliendo así del comedor bajo la atenta mirada de todos los allí presentes.

"Veo que te gusta el riesgo, Louis" dijo aún ceñudo mientras lo miraba.

Él simplemente se encogió de hombros.

"Tampoco es para tanto, creo yo. Además, nunca pensé que me fueses a salvar... y menos dos veces. ¿Cuanto cubre el cupo?"

Harry negó.

"No soy tu amigo, Louis. Soy parte de la seguridad, y no voy a pasarte ni una más."

El ojiazul hizo pucheros y frunció el ceño, imitando su postura de cruzar los brazos. El chico de pelo rizado negó suspirando.

"Vamos, ve a tu habitación. Iré en un rato para ver que estés ahí, y procura estar."

Cuando hubo dicho eso, se giró y se fue, dejando allí al chico, en medio del largo pasillo, solo y con una amenaza a sus espaldas.

«Pues vaya hombre amargado» pensó. Aunque lo hubiese dicho en voz alta nadie se habría enterado, pero prefirió guardarselo para él, nunca se sabía cuando podía cambiar de opinión.

La habitación seguia tan iluminada como esa misma mañana. Con el tiempo que le quedaba hasta que Harry viniese para ver que aún seguia ahí, decidió colocarse frente al espejo y dar un toque más punk a su ropa.

La camiseta blanca ancha que llevaba comenzó a romperla hasta abrir el cuello y recortar las mangas, dejando los restos para posibles inventos. Los pantalones negros largos los dejó tal cual estaban, exceptuando el pequeño agujero en la rodilla, el cual abrió mas.

Justo después de tumbó en la cama a la espera de que aquél chico llegase.

Alguien llamó a la puerta.
¿Quién podria ser?

Louis abrió los ojos de mala gana. Se había quedado dormido, y en la habitación apenas había luz. ¿Se habría olvidado Harry que tenia que ir a ver si se encontraba allí?

Louis, con el pelo revuelto, se levantó y abrió la puerta encontrándose con la misma mujer de aquella mañana.

"Señor Louis" lo miró de arriba a abajo, alzando una ceja. "Vengo a observar su habitación,  a cerciorarme de que usted no piense escapar, por alguna causa." Aquella mujer era lista, muy lista, pero Louis lo era aún más.

"Le aseguro que no tengo pensado escaparme, al menos por el momento."

La mujer se giró para fulminarlo con la mirada.

"¿Y su ropa?"

Louis suspiró y señaló la ventana.

"¿Allí?"

En ese mismo instante sabía que estaba poniendo el puesto de Harry en peligro. El chico habia cerrado la puerta antes de que lograse escapar, y por algo sería.

"Me cansé de ella. Era aburrida y fea."

'"Y piensa pasarse toda su estancia en la correccional con... eso?"

Louis miró la camiseta que el mismo había cortado, y sus pantalones rotos. Después miró a la mujer.

"Perdone... eh, ¿cómo se llama?"

"Madame Janet."

"Bien, Madame Janet. Yo esperaba poder salir algún dia a comprar algo... pero bueno, si prefiere que me quede aquí durante toda mi estancia con esta ropa... esa es su decisión. Si decide dejarme salir, puedo llevarme a algunos guardias de seguridad para que se encarguen de que no me escape."

Madame Janet lo observaba.

"Eres muy astuto, Louis" aquello lo hizo sonreir. "Por ahora deberá quedarse con su ropa aburrida, me encargaré de que los guardias de seguridad la rescaten, con respecto a lo de ir de compras... estamos en un correccional, señor, no en una mansión playboy."

Louis río.

"La mansión playboy es para niñas de doce años, Madame, yo tengo diecisiete, me va mas el rollo redtube."

Tras esto, el castaño abrió la puerta de su habitación, para que aquella mujer saliese.

Missed [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora