Epílogo.

6.5K 470 288
                                    

EPÍLOGO.


El viaje de vuelta había sido muy largo. El coche de la policía lo había llevado hasta la comisaría de donde llamaron a sus padres para que fueran a recogerlo.

Henry, su padre, bajó del Mercedes negro acompañado de su madre, Georgia. Era un hombre fornido, con un bigote bien peinado, pelirrojo, y de buen ver. Llevaba un traje Armani, como de costumbre, y su móvil en mano. Su madre era alta, delgada y de pelo oscuro recogido, ese día, en un moño bajo. Lucía una falda tubo gris y una camisa de volantes blanca, oculta bajo una chaqueta del mismo color de la falda. Llevaba unos tacones negros a conjunto con el bolso.

Louis se levantó del sillón en el que se encontraba justo cuando cruzó miradas con su madre, y no pudo evitar que los ojos se le inundaran en lágrimas. Sentía las piernas frágiles, pero eso no impidió que se levantara rápidamente y corriera hasta envolverse en un abrazo con ella.

"Mamá... mamá..." el chico sollozaba escondiendo la cara en en el pecho de su madre. "Lo siento tanto. Lo siento, mamá. Te he echado de menos."

Georgia acariciaba el pelo de su hijo, mientras lo silenciaba, dándole leves besos en el pelo.

"Ya estoy aquí, cariño, todo ha pasado. Yo también te he echado de menos."

Su padre se unió al abrazo tras colgar el móvil, acariciándole la espalda.

"Vamos. Volvamos a casa, hay mucho de lo que hablar." Su tono de voz grave y serio seguía siendo el mismo, aunque él sabía que solo lo ponía cuando había gente en la que no confiaba alrededor. Era un tipo amable, cariñoso y bastante divertido.


Un año después.

El mismo día de su llegada había conseguido limar las asperezas con sus padres, aún así, Louis se encargó de demostrarles diariamente que había cambiado, que volvía a ser el chico responsable y bueno que tenían como hijo, aún teniendo su acostumbrado mal humor.

Hacía un año que había dejado el correccional. Consiguió terminar el bachillerato y se disponía a empezar el primer año de Universidad aquella misma semana.

Recorrió el paseo marítimo hasta llegar a la parada de autobús. En ese mismo instante el móvil comenzó a sonar. Nuevo mensaje.

De: Harry.
Para: Louis.

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseo pequeño, cumpleaños feliz.

Bieeeeen. Ahora eres un viejo, como yo.

Espero que pases un buen día y disfrutes de tu primer día en la universidad.

Te quiero, chico rebelde... y viejo.

El castaño no pudo evitar sonreír al ver el mensaje. Harry había mantenido el contacto con él. Cada día le enviaba un pequeño mensaje para recordarle que seguía ahí y que, quizás, iría a buscarlo. Él nunca le mencionó aquello, pero Louis lo esperaba, lo ansiaba.

De: Louis.
Para:Harry.

Te equivocas. El único viejo, como tú mismo afirmas, eres tú.

Lo pasaría mejor si estuvieras aquí, pero intentaré disfrutarlo, sí.

Te quiero mucho más, Hazz.

Missed [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora