Una lluvia repentina me sorprendió frente a la puerta del café. La sensación de ser observado era notoria, el miedo era grande y la necesidad de huir era indispensable, más ya no era tiempo de dar marcha atrás. Abrí la puerta y la música ambiental del lugar pareció silenciar mis pensamientos turbados. Avance con suma confianza hasta la mesa 24 y pedí el café número 25, para luego sacar sin temor el papel indicado. Me levante raudo al ver que mi pedido se acercaba y sin pensarlo me dirigí hacia la mesa escondida, donde la figura esbelta de una hermosa mujer me esperaba.
- Soy Monik- menciono sonriendo coquetamente- y supongo que usted es el querido Emil de mi vieja amiga Eva.
- Me temo que ese soy yo- respondí nervioso.
- Pues vera, iré directo al grano antes de que nos descubran- suspiro- como ya sabe Eva le ha entregado a usted un sobre y es evidente que usted lo abrió- bebió un sorbo de café.- la cosa es que necesitamos que nos haga entrega de las fotografías y el Pendrive, ya que debemos ubicar una ciudad fuera del país que por desgracia Eva oculto muy bien y ahora estamos hasta el cuello con este lió- Espere- interrumpí- ¿Solo las fotografías y el pendrive? ¿eso no es ridículo?
- Pues eso es lo que hay en el sobre- respondió sonriendo- solo las fotografías y...- su seriedad repentina me advirtió de lo inimaginable.
El resultado de esta cita era entregar el sobre completo, pero yo sin pensarlo asumí que una mujer sola en una mesa escondida era la indicada, la que me habían dicho que estaría esperando por mi, sin embargo llegar hasta la mesa y pensar que es la número 13 en vez de la número 10 es un error de calculo gigante, porque cuando vi el número luego de soltar la bomba sobre lo que posiblemente estaría dentro del sobre, la mujer que decía llamarse "Monik" saco un arma por debajo de la mesa y me dijo "Usted no sabe en el embrollo que se ha metido, amigo" .
Fue cosa de segundos. Yo estaba sentado siendo apuntado con un arma, cuando una mujer muy guapa se nos acerco, saco un arma y le disparo a la falsa Monik en la frente, sin pudor, sin miedo de las represalias.
Mi palidez no pudo ser tal, que solo me quede pensado en "que diablos me había metido", la gente salio corriendo y nosotros tras de ellos para mezclarnos y huir del lugar. Fue una situación surrealista en todos los sentidos, ya que jamas en mi carrera o en mi vida me había visto envuelto en asesinatos y secretos tan grandes como para matar a otros por pedazos de papeles.
Al llegar a una esquina, doblamos y nos escondimos entre la oscuridad del lugar, esperando a que pasaran todos los curiosos hacia el café. Cansado me deje caer al suelo, mientras la mujer intentaba respirar agitada.
- Eres un idiota- dijo entre cada respiro- ¿como no sabes distinguir de mesas cretino?
- ¿Disculpa?- respondí algo molesto- a quien se le ocurre juntarse en un café con tantas reglas para conocer intercambiar un montón de papeles que presuntamente son peligrosos- añadí molesto.
- Escúchame imbécil- suspiro- te han dicho que siguieras las ordenes para que yo pudiera identificarte, pero no, el tenía que sentarse en cualquier lugar...¡Dios, si que eres estúpido!
- Genial, ahora todo es mi culpa...si no anduvieras con secretos, fijo que yo no estaría aquí ahora, tonta...
-¡¿A quien llamas tonta, maldito?!- saco el arma- si no estuviera tan cansada te dispararía por poco inteligente.
La verdad, ella tenía razón y era cierto, yo había cometido un error, pero ella también había tomado una decisión bastante repentina que termino por completo mal y que ahora ella y yo eramos fugitivos por matar a una mujer. Sí, ese día Monik resulto ser alguien bastante incierta en todos los sentidos, porque cuando me miro para marcharnos, sostuvo mi mano y me dijo al oído "bienvenido al infiernillo de Eva" con una sonrisa que me hizo tambalear del miedo.
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El legado de Eva
Ficción GeneralEmil Lawrrence es un terapeuta que sin pensarlo se ve envuelto en un mundo retorcido por una de sus pacientes, Eva. Ella es una escort que se ve involucrada en una red de mentiras y secretos, donde no puede confiar en nadie mas que Emil, el cual...