「Entre Pañales | M I K A Y U U✧」

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Disclaimer: Owari no Seraph|Seraph of the end ( 終わりのセラフ)
Creado por Takaya Kagami e Ilustrado por Yamato Yamamoto.

Parejas: Mikaela Hyakuya x Yūichirō Hyakuya.

N/A: Capitulo corto porque el cerebro no me dio para más. Disculpen los errores.

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° Entre Pañales °

-Me duele mucho, Mika.

-Sólo sera un segundo, el dolor pasara rápido.

-¡¿Estas loco?! ¡Eso está muy mojado!. Me va a doler más.

-Cállate y quédate quieto.

-¡Ah¡ ¡No, no Mika, quitalo!.

-Te vas a sentir mejor, deja de moverte.

-¡Estas haciendo que sangre más!.

El mayor tomo las piernas de su amigo impidiéndole el movimiento ya que lo estaba incomodando en su trabajo.

-¿Te sigue doliendo?.

-No, ya no, apresurate y termina con esto.

Suavemente coloco una pequeña venda sobre la ya tratada herida de Yuu y prosiguió a hacer el mismo paso con el resto de su pierna.

-Eres torpe en educación física.

-Sólo me tropecé, estas exagerando.

-Debes de cuidar tus lindas piernas, Yuu-chan.

Seguido de esas palabras, Mika rozo sus labios con la tersa piel de su mejor amigo causándole a éste un notable sonrojo por tal indecente acción.

-¡Aléjate, pervertido!.

Sin descaro, golpeo el rostro angelical del rubio con su pie vendado. No sólo tuvo raspones por la caída. Su tobillo ligeramente se torció, nada grave pero muy doloroso.

-Mōh, me lastimas, Yuu-chan y yo que trato de ser un buen esposo.

-Dejaté de esos juegos Mika. Tú y yo no estamos casados.

Con algo de dificultad y apoyándose contra las paredes trato de dirigirse hacia la cocina para complacer a su estomago que rugía cual dragón hambriento.

Pero fallo en su recorrido y cayo al solido piso amortiguando el golpe con sus codos.

-No me toques- refiriéndose al rubio que supuso, correría a su rescate.

Pero éste siquiera se inmuto ante la caída de Yuu. Estaba muy concentrando viendo al inocente bebé dormir plácidamente dentro de una cuna que lograron conseguir a bajo precio.

Faltaban pocos días para cumplir un mes desde que Michirō llego a sus vidas y eso significa despedirse de él. Su madre biológica no a de tardar en llegar a recogerlo.

Pero es su trabajo y no quieren involucrar problemas ilegales a sus jóvenes vidas.

Le dolía el pensar en separarse del travieso pequeño. Gracias a él su relación con Yūichirō a mejorado considerablemente.

Y no sólo lo digo por todas esas noches que durmieron juntos.

Nuevamente ambos ponen empeño en algo esforzándose en lograrlo, pues no hay mejor equipo que el que esta conformado por los jóvenes Mikaela y Yūichirō.

Han crecido y ese tipo de juegos lo han dejado atrás como un simple recuerdo dentro de una delicada esfera de cristal.

Pero Michirō los a regresado a esos momentos de diversión, donde la madurez es inalcanzable y cada nuevo reto es una fantástica aventura.

Y perderlo significa volver a la monótona realidad.

Para ellos no existe otro bebé como el que tienen a su cuidado.

Dejando los negativos pensamientos a un lado, Mikaela decidió regresar junto con su lastimado amigo para socorrer a su ayuda.

Camino hacia la cocina donde supuso que lo encontraría y vaya que no estaba equivocado.

Yūichirō tenía una de sus manos dentro de un jarrón de mermelada llevando una gran porción de ésta a sus labios degustando de su dulce esencia.

Y claro, llenando su barbilla de el azucarado alimento.

Ahora Mikaela tenia a dos bebés que cuidar.

-Eres un desastre.

Tomo una servilleta del montón que reposaban sobre la mesa para a continuación llevarla a el rostro de el menor limpiando el exceso de su merienda.

-Oye, hay más cartas en la entrada.

Extrañado abandono su antigua acción y se dirigió hacia la entrada de la vivienda en busca de el nuevo correo.

Supuso que las cartas seguirían siendo de su madre. Aun cree que Mikaela es padre y no a dejado de molestar.

Entre la pila de cartas encontradas a un lado de la puerta principal, se podían observar algunas de avisos de pagos y nuevamente, cartas de Krul Tepes.

Pero entre tantos sobres y papeles se apreciaba uno distinto al resto. Éste tenia peculiares detalles en negro y una caligrafía en cursiva la cual no reconocía.

¡Quizás ya llego la carta de Hogwarts!.

Tomando el distinto sobre entre sus manos lo abrió sin cuidado alguno, desesperado por leerla.

Sus ojos casi escapan de sus cuencas y se atraganto con su propia saliva al leer cada linea finamente escrita sobre el papel.

-¡Y-Yuu-chan!.

Mikaela y Cuchillo

¿Cómo están? Espero que el bebé no les esté causando muchos problemas.

Sé que les había dicho que dentro de un mes regresaría pero e tenido ciertos inconvenientes que me impiden volver.

¿Podrían cuidarlo por otros meses más?

Les pagaré más de lo acordado.

¡Gracias por éste favor chicos!.

Que divertido ¿No?.