(Completa) University [verkwan]

8. Final

A tan solo una semana de salir de vacaciones, SeungKwan estaba emocionado y a la vez nervioso por aún tener que pasar la mayor parte del tiempo encontrándose con Vernon.

"Boo... -estaba cojiendo algo de aire tras haber reído por lo que el menor le había dicho -. No sé como actuará Vernon. Pero algo si tengo seguro, intentará cobrar lo que no -hizo hincapié en la última palabra- hiciste. Así que intenta no toparte con él, y mucho menos cuando estés solo." Después de eso siguió riendo hasta que se le agotaron las fuerzas.

Eso hizo. Cada vez que estaba solo y lo veía por los pasillos tomaba otra dirección o hacía ver que no había notado su presencia cuando estaba con amigos.
Los días avanzaban y la situación estaba sacando de quicio al americano. Lo que más estaba odiando era tener que ver como su Kwannie era abrazado por el cara caballo sin que a éste le importase lo más mínimo, es más, siempre reía por sus bromas y todo lo que hacía.

- Vernon...¿estás bien? -preguntó el rubio con las puntas del cabello azules.

- ¿Eh? ¡Ah... sí, estoy bien! ¿Por qué lo dices?

- Llevas un buen rato mirando al cachetón, y...acabas de matar a la pobre magdalena. -dijo señalando al bollo, del cual solo quedaban migajas.

- Lo siento, es que duermo poco estos días.

Por otra parte el cachetón no sabía muy bien lo que hacía, es decir, reía y se divertía con SeokMin, pero muchas veces andaba pendiente de lo que hacía Vernon cuando estaba en la cafetería. Sabía que éste lo miraba, y quizá por ese mismo motivo exageraba más sus acciones, sus risas y sus bromas con el mayor. Como si intentara ponerlo celoso, y parecía que funcionaba.

**Dos días antes de vacaciones.**

El pelirrojo estaba por el pasillo, camino al casillero para dejar sus cosas y poder marcharse por fin a casa después del largo y pesado día. Un escalofrío extraño pasó por su columna, decidió ignorarlo.

- Tenemos que hablar. -una voz demasiado familiar sonó tras la puerta del objeto metálico. No dejó que sus nervios afloraran.

[...]

- Bien, ya me has traído hasta aquí. Tú dirás.

- Llevas casi toda la semana ignorándome después de lo que hiciste en el aula, ¿te parece normal? -el mayor alzó sus hombros como respuesta, tomando un sorbo del café con nata que había pedido hace un momento y mirando la calle a través de los cristales -. No te hagas la diva ahora, no es momento.

- ¿Qué quieres que te diga? No te he ignorado, es solo que estamos a punto de acabar y tenía cosas que hacer.

- Mientes. -no era del todo mentira, estaba preparándose para visitar a sus padres, pero la mayor parte del tiempo utilizó esa excusa para ignorarlo.

- Piensa lo que quieras. Si es todo lo que tenías que decir, me marcho. Gracias por el café. -empezó a recoger sus cosas para salir del local.

- No he acabado. -dijo levantándose para detener al mayor. Éste a causa del contacto entre sus manos se sobresaltó, haciendo que al momento de girarse tirase lo poco que quedaba de café encima suyo.

"Torpe" pensó el pelirrojo, pues ahora tenía una gran mancha blanca debido a la nata encima de sus pantalones negros.
No fue buena idea ponérselos ese día.

- !No, no, no! -cojió un par de servilletas para secar aquello, llamando la atención de los pocos clientes -. Es tu culpa.

- ¿Y ahora qué he hecho? -dijo observando la escena que acaba de montar.