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Acostada en la cama,
y derramando lágrimas está
tiene el corazón roto
por un amor banal.

Comenzó como una mentira
terminó como una verdad
sólo ella se arrepiente
de no haber aprendido a jugar.

Cada noche sollozos
desde su cuarto
se pueden escuchar
las risas que soltaba
son sólo un recuerdo más.

Ya no canta
ya no baila
ya no quiere disfrutar
aquellas pequeñas cosas
que antes solía amar.

Han pasado días
desde que todo terminó
y de aquel "amor" fugaz
solo dolor quedó.

Uno de los jugadores llora
el otro anda riendo
puesto que fue un maldito
que sólo estaba mintiendo.

No han podido detener su llanto
ni con canciones
ni con encantos.

Y aquella será una maldición
Para ambos jugadores
por jugar aquel juego
sin cumplir las condiciones.

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