Capítulo 2.

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Él.

Hay algo extraño en mi esta mañana. Por alguna razón me siento levemente atraído por regresar a la universidad, tal vez se deba a que la última semana no ha sido de las mejores para mí, o tal vez sólo no quiero estar aquí encerrado un día más.

Me quedo un momento sentado en la orilla de la cama después de apagar la alarma, froto mi cara y mi cabello con las manos tratando de entender porque el entusiasmo de ir al instituto hoy.

Después de darle vueltas al asunto también en la ducha sin encontrar respuestas, me visto y me dispongo a desayunar. Amelia entra al departamento.

—Señor Deligiannis —dice sonriendo.

—Soy Vince —rio.

Amelia tiene unos 35 años, es una de las encargadas del aseo en el edificio y de todos los empleados la única a la que dejo entrar a mi departamento. Ella es la única que no entra a juzgar tu hogar, hace muy bien su trabajo, no es mucho pero siempre deja impecable, y algunas veces a la semana me hace de comer, es como ayuda mutua. Alguna vez me contó que se había embarazado muy joven y no pudo culminar los estudios y al haber alguien que la espera en casa, ella tiene llave, entra temprano sale temprano, han llegado a haber ocasiones en las que trabaja de más diciendo que se siente culpable porque yo le dejo una paga a parte de la que le dan por parte del edificio, pero la verdad es que no me pesa darle dinero por mi cuenta, se lo merece.

—¿Quiere que le prepare el desayuno? —pregunta a pesar de que ya esta sacando todo para preparar lo que sea. Son batallas que nunca logro ganar. Porque si algo caracteriza a Amelia, es su terquedad.

Después de desayunar con ella y dejarle lo que le corresponde, me despido y tomo mis cosas para ir al estacionamiento. Entro a mi auto y lo enciendo.

Espero y tengas un excelente día guapo. Te veo en un rato. Besos.

Eso dice el mensaje que me llegó a primera hora del día.

¿Qué le pasa a esa chica? No entiendo que es lo que pasa por su cerebro si es que tiene uno. Simplemente hay gente que no entiende nunca.

Me quito el mal sabor que me dejó aquello y salgo de la zona residencial con dirección a la universidad.

Esa universidad puede ser un tema de gran controversia desde sus inicios y posiblemente después de ella también. No lo niego, es una institución en la que sólo hay lugar para las personas con un estatus económico bastante elevado sobrepasando a las que ya son consideradas de élite y es por esto que para la mayoría de las personas no es más que otra escuela de niños ricos, pero de lo que esa gente no tiene idea es de lo que hay detrás de las grandes rejas que separan al estado de la Universidad.

A pesar de creer que es un gasto excesivo de dinero para una escuela, definitivamente no creo que exista otra universidad inigualable. Ni siquiera los mismos maestros están enterados de todo lo que pasa ahí, de eso estay seguro.

En este lugar se viven las mejores experiencias. Se hacen las mejores fiestas, el mejores caos, se conoce a las mejores personas y sin restricción alguna.

Aunque la gente adulta piensa que en la universidad se acaban todas las distracciones que hubo en la preparatoria ya que somos más maduros, puede ser un error. Sí, somos más maduros, pero eso no quita que hacemos más de lo que se hacía en la preparatoria. Es una de las virtudes –depende de cómo se aproveche– de que todos vengamos de una familia llena de billetes; disponemos de hacer de todo en todas partes. El dinero ciega a muchos y la verdad en la universidad abundan de esos, yo no me considero parte de ello, sólo intento aprovechar lo que tengo.

SUVM (Sólo Una Vez Más) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora