SUVM (Sólo Una Vez Más) ©

Capítulo 5.

Ella.

Es viernes y el equipo de la Universidad ha organizado una fiesta en honor a su muy asegurado triunfo. La del bosque  también es reconocida por tener a uno de los mejores equipos de Fútbol Americano a nivel universitario, podrías entrar tanto a estudiar una carrera como para lograr a tener más oportunidades de entrar a un equipo de la NFL, aunque aquí también te exigen llevar las materias básicas para darte un certificado, te dan el acceso a aquellos partidos organizados por los rectores a los que asiste gente de alto rango en el Americano y poco después recibes aquello por lo que tanto habías luchado, conocí muchos que lo logran, y otros que no.

Tengo el teléfono en altavoz mientras tomo un short de tiro alto y una camisa a cuadros negro con blanco.

—¿A qué hora te irás? —pregunta Neena.

—No muy tarde, debo ir a ver a papá mañana, creo que ahora sí es mi turno de asistir a aquella cena —le digo soltando un suspiro sabía que no podía seguir evitándola tanto tiempo.

—¿Irás hoy con Evan?

—No, pero nos encontraremos allá, ¿Qué hay de Jhon? —cambio el tema rápidamente. Ella suspira, apuesto a que sonríe.

—Él me informó personalmente de la fiesta, dijo que esperaba verme ahí, y así será —Jhon es uno de los jugadores del equipo de fútbol, y tiene a Neena dando vueltas.

Jhon es muy lindo y también es apuesto, pero yo aún creo que Neena y Allan terminaran juntos.

—Ya lo creo —le digo riendome.

—Ya deja de quitarme el tiempo que debo ir a arreglarme para Jhon. Te quiero, besos —levanto el teléfono rápidamente y cuelgo justo antes que ella, no soporto que cuelguen el teléfono antes yo.

Justo en ese momento mi teléfono vibra ante un mensaje. Lentamente lo levanto y veo de quien se trata: Evan

Te veo ahí cariño, ve con cuidado. Por favor me avisas cuando llegues.

Sonrío al mensaje y ante mí aparece otra conversación en la que también quedábamos de vernos hoy.
Suelto un sonoro suspiro y trato de relajarme, si sego con esto en algún momento se me saldrá de las manos y todo terminará mal. Debo ponerle un alto, aunque no sepa como pronto encontraré la forma de hacerlo. Pero no hoy.

Sin darme cuenta ya me encuentro aparcando el auto cerca de la casa en donde sería la fiesta. La música ya suena a más no poder y puedo ver como esta llena de gente, o más bien de adictos, todos a diferentes cosas.

Bajo del coche y camino hacia la entrada, con un poco de dificultad logro adentrarme más en ésta hasta encontrar una cara familiar.

—¡Maede! Ya me Estaba preparando para lanzarte todo el peso de mi indiferencia durante un buen tiempo —Jhon me saluda con un beso en la mejilla y una sonrisa de lo más bonita.
Jhon es el Quarterback del equipo y uno de mis amigos más cercanos en la universidad, es por él por quien siempre estoy metida en todas estas fiestas.

—Sí, ya sé las consecuencias de no venir aquí, no me hablaste durante dos meses.

—Me alegra que aprendieras la lección. Ahora ven por un trago —Me toma del brazo y me dirige a la cocina. Jhon. Alto, cabello casi negro, ojos azules lindos aunque no como para perderte en ellos, un muy buen cuerpo, y lo más importante, unas nalgas de infarto bien moldeadas características de todo buen jugador de Americano. Los jugadores del deporte tienen unos abdominales duros y glúteos más grandes que los míos. Definitivamente debería haber alguna fundación o algo así para patentar a los jugadores de Fútbol Americano, apoyaría arduamente esa causa y le confiaría mi vida aunque mi salud mental no estaría del todo sana con tremendos monumentos.