Hola guardián,
¿QUÉ HAGO? ¿Jamás te ha pasado que no tienes ni idea de que hacer, y buscas en cualquier lado la respuesta, pero no la encuentras?
Como me encantaría que las cosas fueran tal cual eran antes, nada sale nunca como yo quisiera...
De entrada, regresé a la escuela, pero no encontraba a Dylan por ningún lado, estaba dispuesta a encararlo y preguntarle que era aquello que yo había dicho o hecho que lo había molestado, al terminar la primer clase seguía sin llegar al salón, me preocupe demasiado, el nunca, por nada del mundo ha faltado a la escuela. Saliendo al descanso, busqué a Ángeles, le iba a decir lo de Dylan, pero me dijo que estaba apurada con un trabajo, entonces le ayudé a terminarlo y mientras lo hacíamos decidí ir a comprar el almuerzo para las dos, en la fila encontré a Marco, uno de los mejores amigos de Dylan, supuse que el sabría algo de él, así que le pregunté de manera directa lo que necesitaba saber, y con voz temblorosa me dijo: -"¿Dylan?¿aún no te enteras? Hace poco hablé con sus padres porque no lo localizaba y dijeron que estaba en el hospital, porque había tenido un problema con sus pulmones y que ya llevaba cerca de una semana"- ante aquella respuesta, intenté agradecerle con una sonrisa forzada, por dentro sentía como un vacío que se formaba en lo más profundo de mi estómago. Destrozada por lo que acababa de escuchar, tomé los almuerzos y los llevé a la mesa en la que estábamos sentadas. En silencio tomé la silla más cercana y me senté triste y con la mirada baja, Ángeles dejó por un momento lo que estaba haciendo y me preguntó, un tanto preocupada: -"Jess, ¿qué pasa? Te ves muy mal, muy triste"- le expliqué con lágrimas en los ojos lo que había pasado, le dije lo que Marco me había contado y que me sentía muy mal porque jamás había podido decirle lo que sentía realmente y lo mucho que el significaba para mí.
Cuando terminé de hablar, sin decir una sola palabra, ella se acercó a mí y me abrazó, de tal manera que por un momento me olvidé de todos los problemas que tenía, de las dificultades del pasado y del presente y del tiempo mismo, después me miro a los ojos y me dijo que no tenía porque preocuparme, que todo estaría bien, que aún no había perdido mi oportunidad y que a pesar de que las cosas se pusieran difíciles sabría cómo afrontarlas; también me aconsejó que lo fuera a visitar al hospital lo más pronto posible y que dejara que las cosas pasaran por sí solas.Decidí tomar el consejo de mi mejor amiga y saliendo de clases, llamé a los padres de Dylan, les pregunté por el hospital en el que estaba y me dirigí a la dirección que me habían indicado. En la última hora, me puse a hacer una carta, no cualquier carta, era más bien como una confesión de la que solo el tenía que saber, pero... la puse como anónima, realmente no estaba preparada, y también intenté cambiar mi letra, esto es básicamente lo que puse:
Dylan:
Por más que lo intente ya no puedo continuar así, seguramente sabrás que esconder los sentimientos no es una tarea fácil, es por eso que necesitaba decirte lo mucho que me gustas, tú, tu forma de ser, lo inteligente que eres, tus ojos, todo, realmente me enamoré y no creí que esto llegaría tan lejos... lo único que quiero es verte bien, se que eres fuerte y que podrás superar lo que sea...
Te quiere...
A.Me puse muy sentimental cuando la escribí, realmente tenía tanto que decir que me desahogué en esa carta.
Cuando llegué al hospital, estaba todo repleto de gente, así que tarde una media hora en poder entrar a verlo, no me dieron mucho tiempo, así que abrí la puerta y lo vi recostado, entubado y con oxígeno, realmente se veía mal, me dijeron que no había reaccionado desde hace dos días y que las probabilidades eran muy pocas de que sobreviviera; me acerqué y le di un beso en la mejilla y a un lado de su cama deje la carta que había escrito, en seguida salí sin mirar atrás, con lágrimas en los ojos por la imagen de aquella persona que no se parecía en nada al Dylan que yo conocía...
Acabo de llegar del hospital y tantas cosas pasan por mi cabeza, aún tengo tanto que digerir, que me tomaré la tarde para pensar...
Siempre tuya,
Jess
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Aprendí a decir que no
Teen FictionAprender a decir que no es parte de las enseñanzas que te da la vida y de las más difíciles de entender...