I will survive

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Sinceramente no creí que las cosas se salieran tanto de control.

Yo quería hacerla enojar tanto como ella me había herido y por la forma en que se comportó supuse que estaba logrando mi objetivo, pero quería más. Tal vez no tanto al grado que llorara o tal vez si... Cómo sea, lo hecho, hecho está.

Ya eran las dos de la tarde del sábado y yo seguía recostado en mi cama mirando el techo con el antebrazo en mi frente y un pie de fuera, estaba vestido obviamente y ya había comido algo pero no quería salir a la calle ni ver la televisión por el momento. Tenía muchas cosas en la cabeza y seguía analizando lo que hice hoy en la madrugada.

Minho se la pasó mirándome el resto de la "fiesta" aunque no sabría describir su mirada, era algo mezclado entre confusión, enojo, decepción y tal vez indiferencia, quién sabe, con ese poste de teléfono no se podía saber nada. Tenía ya 30 llamadas pérdidas de él y cuatro de un número desconocido, pero no quería hablar con nadie ni ver a nadie.

—¿Crees que me estoy volviendo loco por haberlo besado? —Roo estaba acostada en la cama conmigo, durmiendo cómo siempre. Ese definitivamente era su pasatiempo favorito, ella no se movió para nada y yo seguí hablándole como de costumbre— Definitivamente estoy loco, no puedo controlar mi mente y ahora no puedo con mi cuerpo, ¿Qué seguirá después? ¿Mis palabras?

—En realidad todo tú estás muy mal. —Roo no podía hablar y si hablara no tendría una voz gruesa y mucho menos lo haría desde la puerta de la habitación.

—¿Qué es lo que quieres? —Me levanté. Mi buen amigo Minho se recargó en el marco de la puerta y tenía los brazos cruzados.

—Vine a hablar contigo, ¿Por qué no contestas mis llamadas?

—No tenía ganas de hablar. —Mandaría a todos al infierno en ese mismo instante si no fuera porque me quedaría solo. Me volví a acostar y esta vez me tape la cara con mi almohada.

—Eres un cobarde —Minho me quitó mi almohada y me tiró al piso. No me quejé, en cambio me quedé acostado ahí y seguí mirando el techo— Puede que conmigo no quieras hablar, pero hay alguien que merece una muy detallada explicación.

Me giré lo más rápido que pude, me levante sacudiendo mi ropa y me puse mi gorra de inmediato.

—¿Taemin vendrá? —Empecé a buscar cualquier cosa en mi pequeña habitación, como si hubiera algún objeto que explicara mis acciones.

—Taemin está aquí.

—¡¿Qué?! —Y si, parado detrás de Minho y asomándose levemente se encontraba el chico al que había besado.

—Ustedes dos tiene mucho de qué hablar.

Minho salió y lo metió de un empujón cerrando la puerta después que él estuviera afuera. Yo no tenía palabras para describir mi actitud, todavía no lo tenía bien planeado y esa repentina visita solo me ponía de nervios, ¿Le diría que fui poseído?

—Puedes sentarte dónde quieras. —Aunque tampoco es cómo si hubiera mucho lugar para sentarse. En mi habitación sólo estaba un ropero algo viejo dónde guardaba mi ropa, mi cama en una esquina, una pequeña mesa con una silla y un espejo colgado de la pared, una puerta que daba a la cochera, la cama de Roo a un lado de la mía y montones de basura en el piso junto con camisas, pantalones y zapatos por todas partes. Taemin tragó saliva pero cuando se iba a sentar en la cama Roo le gruño y empezó a ladrar.

—Discúlpala, aún no te conoce —Roo era como un detector de malas personas. Siempre le gruñó al amigo de mi tío y al final resultó que era un drogadicto, hizo lo mismo cuando apenas había conocido a JunMyeon, él estaba involucrado con una banda de ladrones. Por suerte después de unos buenos golpes entendió que lo que hacía estaba mal.

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