Capítulo 26 : Palomas mensajeras.

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Había pasado ya un año desde la última vez que vi a mi padre y a los demás,  no sabía que había sido de ellos ni si me habrían buscado o ya ni siquiera me recordaban. Tristan por su parte ya volvía a confiar más en mi,  aunque no tanto como en los viejos tiempos, ahora debía de acompañarle siempre no importaba donde,me quedaba en el coche o en una sala habilitada pero siempre rodeado por sus guardias.
En una de esas salidas de hará pocos días me pareció ver desde la ventanilla del coche a mi padre , creó que estoy apunto de enloquecer , él jamás podría llegar a saber de mi paradero.
Ahora no puedo hacer más que ser el muñeco de Tristan, él cuál cada noche me llama a su habitación, ya no se quién soy, parece que el tiempo se a detenido.

(Dias más tarde...)

Hoy harán una fiesta en conmemoración de no se que cosas de la organización de Tristan y a la cuál obviamente él es el invitado estrella, todas las mujeres van tras él y al ver que él no les presta atención alguna siempre intentan hacerme servir como mensajero o mediador de cupido,con mensajes de todo tipo dependiendo del estado de embriaguez de la susodicha o el humor en el que se encuentre, pasando por una amplía gama desde los más tímidos hasta los más atrevidos y picantes , siendo estos últimos los más utilizados. Cómo no,  Tristan no ve más allá de mí y simplemente se divierte de verme en esos aprietos, sin duda esta noche no será diferente (suspiro).

-estás cansado? Por qué aún no te has vestido? Ya es tarde -me preguntó Tristan , disipando abruptamente mis pensamientos.

-oh...nada simplemente pensaba, enseguida estoy listo-le indiqué comenzando a vestirme rápidamente, sin evitar por la rapidez, resbalarme con los pantalones del traje nuevo que me había regalado Tristan.

-nervioso por las chicas de la fiesta?-me preguntó en tono burlón,  mientras se agachaba a mi lado dispuesto a ayudarme a poner en pié de nuevo.

-ja..ja, muy gracioso-le contesté en tono sarcástico.

Entonces Tristan que aún continuaba de rodillas en el suelo me agarró la mano y la besó delicadamente.

-tan sólo bromeo, no te enfades, sabes que yo sólo te veo a ti-dijo mirándome fijamente,  se puso en pié y sin mediar palabra ni apartar la vista de mi, me besó fugazmente.

-vamos a llegar tarde-le avisé para que me soltará.

-créeme ,eso es lo que menos me importa ahora mismo-dijo mientras me sonreía y me miraba con una mirada hambrienta, cuándo de repente comenzó a abrazarme fuertemente y a besarme el cuello.

-no!...no podemos hacer eso! Tu..tu eres el anfitrión! La fiesta no puede empezar sin ti!-le grité intentado que entrará en razón y así me soltará.

-aj! Menudo fastidio!-maldecio, separándose al fin de mí a regañadientes.

Finalmente unos rato después llegamos a la fiesta, al ver a Tristan aparecer todo el mundo se deshizo en alagos para con él,  todos los hombres querían presentarle a sus hijas y.... así fue como una noche más mi trabajo como mensajero de cupido dio comienzo, Tristan, se encontraba observandome fijamente sentado en la mesa principal, junto con otros acaudalados hombres de la organización los cuáles ya estaban en alto estado de embriaguez y ya no se tenían en pié, Tristan no dejaba de reír cada vez que le miraba pidiéndole ayuda , lo cuál me hacía enfadar y cuanto más me enfadaba más se reía él.

-voy al baño,  encargarte tu ahora!-le dije de mal humor cuándo ya estaba harto de la situación, provocandole gracia.

-esta bien pero no tardes,ésto es divertido , espera, le diré a uno de los guardias que te acompañe-sugirió riéndose divertido.

Hice un gesto negativo al cuál el hizo caso omiso , como de costumbre, para mi desgracia el guardia también había bebido aunque parecía bastante entero, camino al baño se la paso explicandome mil y una historia sin sentido.

DARKNESS PUNISHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora