Un Lugar Para Nosotros

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Me gustaría haberme quedado atrapado en ese pequeño instante, durante esos pequeños segundos en que nada importaba nada mas que nosotros dos bajo la luna.

Pero construir castillos es sencillo, lo doloroso es despertar. Aveces ponen aquella canción en la radio y me pregunto si fue mi culpa ¿Si yo la mate? O eso ya estaba destinado a suceder.

Me pregunto los demás tienen razón, tal vez sea cierto, y me volví loco, quizá todo fue producto de mi imaginación, intentando no aceptar su perdida. Pero me aferro a su recuerdo y vuelvo a ese sueño donde quizá todo fue real.

Y como todo sueño desperté pero ese día desperté y todo había sido real. habia dormido sobre el techo de la preparatoria Franklin junto con una chica que apenas conozco. Ambos teníamos algo de nieve en el cabello.

—Oye... despierta— dijo una voz
—Un segundo... — dije cansado
—despierta, vamos— dijo haciéndome cosquillas en mi muslo izquierdo

Entonces abrí los ojos y la mire a ella mirándome fijamente, detrás de ella un rayo de luz anaranjado surgía del horizonte.

—¿Cuando nos quedamos
dormidos?— pregunte
—No lo se, lo ultimo que recuerdo era que estábamos hablando sobre los halos de luz
—¿Que hora es?
—Deben ser como las 5:00 de la mañana.
—Debo irme a casa, tengo que acabar mi proyecto de Ciencias, para el
lunes— dije
—¿bromeas? Hoy es lunes

Y entonces me di cuenta de que tenia razón era lunes y yo no había acabado el proyecto, y peor aun ¡las clases iniciaban en unas dos horas.

—Tengo que volver a casa, antes de que mis padres se despierten
—¿y como se supone que bajemos?
—No lo se, tal vez debimos pensar eso antes de subir— dije mirando hacia abajo

No fue fácil bajar, algunos golpes, raspones y mi glorioso aterrizaje, que me costo un golpe en la entrepierna.

Subimos al auto y ella intento encenderlo pero fue en vano, el auto hizo un sonido como brrrrmmmm (francamente no se describir el sonido que hizo el auto ese día, no es como que importe mucho) En fin, no fue un sonido nada lindo.

Anjalí se comenzó a preocupar.

—¿Que voy a decirle a Jessica?
«Hola Jess gracias por prestarme el auto, por cierto lo descompuse»
—Tranquila seguro no esta tan mal, por que no echamos un vistazo al motor

Así que levantamos el cofre del auto, y una cortina de humo negro salio del motor, ambos comenzamos a tocer.

—Esta peor de lo que pense— dije cuando termine de toser

—Bueno por el momento consentremonos en llegar a casa

—¿como?— pregunté.— no llegaremos a tiempo caminando

—tengo una idea— dijo, señalando con la cabeza un par de bicicletas aparcadas en el patio de una casa

—No piensas que nos robemos esas bicis ¿o si?

—No las vamos a robar... Solo las tomaremos prestadas un rato

No me pareció la mejor idea, pero no se me ocurrió nada mejor, así que tuve que hacerme a la idea de cometer mi primer delito.

—¿Que haces?— pregunte, mientras ella escribía algo en un trozo de papel

—Les dejo una nota— respondio

—Dejame ver

Ella me dejo echar un vistazo a la nota
que decía algo así:

“De parte de ‘los que robaron sus bicicletas’: lamentamos molestarlos pero tuvimos que tomar sus bicicletas, si quieren ir por ellas las estacionaremos afuera del zoológico Lincon Park.".  :*

¿Ahora seremos ladrones amables?

—Solo somos honrados

Y así nos montamos en las bicicletas, eran lo suficientemente grandes para sostenernos. Y de nuevo la ciudad estuvo bajo nosotros Chicago es hermoso, aun a las 5:00 am.

Ella me seguía por las concurridas calles, me sentí libre, me sentí YO MISMO. Salvo un un auto a toda velocidad que casi nos hace puré, transitamos sin contratiempos, a medio camino yo ya estaba agotado, pero ella no parecía estar cansada.

Y llegamos a mi casa, no planeaba tocar y decir: "Hola adivinen que, ayer me escape sin permiso en medio de la noche, por cierto traje a una completa desconocida a casa".

Así que lo hice a mi modo, subimos por la cerca del vecino, yo subí primero, y nos sostubimos de la marquesina. Una vez adentro le di la mano para que ella pudiera entrar.

Tome mi mochila y metí mi proyecto de Ciencias (a medías) en mi mochila, era un aspersor para flores que obtenía agua de la lluvia.

Ella se arreglo el cabello y saco de su pequeña mochila rosa que llevaba a todas  partes un turbante y mientras se lo ponía en la cabeza no pude contener la curiosidad.

—¿Iras con eso a la escuela? —dije, intentando no sonar ofensivo

—Hay que ser uno mismo ¿no?

—Cierto— dije poniéndome los lentes

Normalmente no los usaba, por que me hacían ver estúpido, pero eso ya no importaba.

Ella se quito un collar del cuello y me dio.

—¿Que es?

—Es un «Japa–Mala» me lo dio mi abuela cuando tenia ocho. Nunca he creído en el hinduismo, pero cuando las cosas parecen ir mal lo aprieto con fuerza e imagino un mudo mejor. Eso me da esperanza

—Y ¿porque me lo das?— pregunte.

—Porque quiero que tu lo tengas, creo que eres alguien especial y puedes lograr grandes cosas, pero Tienes Miedo, quiero que me prometas algo
Michael Allen

—¿Que cosa?

—Que jamas volverás a tener miedo, que no te importara lo que piensen los demás, que harás un cambio, que dejaras tu marca.

—Lo prometo— dije.

Y la cosa mas maravillosa de toda mi vida ocurrió, no recuerdo si fue ella o yo, me gusta pensar que fuimos ambos.

¿Me beso? O ¿yo la bese?, no lo recuerdo, solo recuerdo como mi piel se fusiono con la húmeda piel de sus labios rosados. Coloque mi mano en su cadera, la otra en su cuello. Ella sostuvo mi cabeza, sus dedos se enredaron en mi cabello quebrado.

Ambos éramos unos inexpertos pero para mi, jamas habrá un beso mejor que el de ella.

Así cometí mi segundo gran error:

Comencé a amarla. Y ¿saben que? No me arrepiento de nada.

Beyond allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora