CAPÍTULO 7

57 4 0
                                    

Franco y Rama entraron a la habitación.

- Hola!- saludó Franco con tono tierno.- Te sentís mejor?

- Hola Franco. No saben lo agradecida que estoy con ustedes por haberme rescatado.- les brindé mi más cálida sonrisa.- Son mis héroes.

Ambos sonrieron.- No tenés nada que agradecer.- dijo Franco y me dio un beso en la frente.

- Que pasó con tu papá?- preguntó Rama mientras se sentaba en una de las sillas que había al costado de mi camilla.

- Llamé a Magui, mi amiga de toda la vida. Mi papá no está pendiente del teléfono así que le dije a ella que le diga que vengan urgente. Necesito verlos.

- Vienen hoy?

- Seguramente. Dijo que iban a comprar los boletos antes de finalizar la llamada.

- Amiga de fierro.- acotó Franco.

- Si... siempre estuvo cuando más la necesite. Está en cada momento, tan servicial, atenta, dispuesta a sacarme una sonrisa cada vez que puede.- dije y esboze una sonrisa recordando todo lo que viví junto a ella.

Nos quedamos hablando un rato. Una enfermera se dedicó a quitarme el respirador porque no me hacía falta y a curarme la herida. La sonda la tenía que mantener en su lugar por unas horas más.

- Tenés hambre?- preguntó amablemente.

- No, estoy bien. Gracias.

- Tenés que comer algo.- dijo Rama.- No ingerís nada desde hace un día y medio.

- No se preocupen, no tengo hambre. Seguro que al rato te llamo.- dije dirigiéndome a la enfermera. Ella sonrió y se fue.

- En serio no tenés hambre?- preguntó Franco alzando una ceja.

- Les digo la verdad...- dije mirando hacia la puerta para comprobar que nadie estuviese escuchando.- La comida de hospital no tiene buen gusto.- dije casi en un susurro. Ambos rieron.

- Cómo lo sabés?- dijo Rama.

- Porque cuando mi abuelo estuvo internado por unos problemas de salud, le traían una bandeja con la comida. Él no quería comer nada entonces le dije "No seas cara dura, si está rico" y probé un poco de lo que le trajeron. Casi vomito.- y comencé a reírme. Les contagie la risa a los dos.

- Pero no todos los hospitales sirven la misma comida.- agregó Franco.

- El trauma queda.- dijo Rama, generando que volviésemos a reir.

Nos la pasamos hablando de cualquier tema, contándonos anécdotas de todo tipo, riéndonos hasta que nos duelan los pulmones. De repente me llegó un mensaje de Magui.

Magui: En 30 min. llegamos.

____: Los espero.- respondí y les pasé la dirección del hospital.

El tiempo pasaba volando, o al menos eso parecía. Si no estuviese con los chicos, resultaría una eternidad.
Pasada la media hora, la puerta se abrió. Un chillido retumbó en toda la habitación y todos hicimos un gesto de dolor auditivo.

- ____!- gritó Magui mientras se acercaba rápidamente a la camilla.

- También te extrañé.- dije abrazándola.

- Hija...- dijo mi papá en un susurro, acercándose lentamente y mirándome de pies a cabeza.

- Papá!- le sonreí y extendí los brazos después de que Magui me haya soltado.

Rama y Franco admiraban la escena desde sus asientos. Después se pusieron de pie y se los presenté a los recién llegados.

- Ellos me trajeron después del incidente.- dije, no les había contado la historia aún.

ANIMARTE~Rama SalemmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora